Revista Espiritualidad
La "cosa" del tiempo de la Navidad es ésta.
Reconciliemos el alma y el cuerpo,contemplemos en reposo la llegada del Espíritu celeste.
No tiene un estilo zen y no estoy segura de si es cristiano o pagano. Al final da lo mismo porque Lo que Es lo es igual para unos que para otros y en todos los tiempos.
Dicen que es durante el solsticio de invierno cuando La Puerta se abre y el Espíritu lo tiene más fácil para encarnar en humano.
Pienso yo que lo que nos querían decir los antiguos es que éste es el tiempo más propicio y favorable para que anide Lo que necesita de quietud y silencio para hacerse cierto y traducirse momento a momento todos los días en todo cuanto hacemos.
Sea como sea: que si puedo aliviar, que alivie; que si puedo animar, lo haga; que si puedo dejarme catapultar por el Espíritu al infinito, rechace la tentadora oferta y me quede aquí para llevarme conmigo el universo entero. Más que nada porque así lo prometo zazen a zazen y me sienta mal saltarme una palabra de honor dada libremente.
Inspirado en Arte Sacro