Mariano Rajoy pidió seriedad, sobriedad y tranquilidad de cara a las elecciones generales de próximo 20 de diciembre. Lo lógico cuando eres el partido de Gobierno y tu bandera, tu claim y tu mantra es la “solvencia, la serenidad y la experiencia” en la gestión de los intereses públicos, los de todos, los de España.
Pues el Partido Popular, en su mayoría, ha respondido a ese llamamiento, pero como siempre los que se salen de la foto hacen más ruido, es lógico. ¿Quién hace más ruido el buen estudiante o el que la lía?, por eso lo que ha ocurrido hoy es tan bueno para que se estudie en las escuelas de comunicación política, un “case study” sobre lo que realmente es la política, la “realpolitik”.
Analicemos 3 ejemplos de hoy, un #felizmiercoles 14 de octubre de 2015:
Montoro
Un Ministro vapuleado, con razón en la mayoría de las ocasiones, por compañeros de partido y de Gobierno, pero también utilizado como piñata de cumpleaños por aquellos que quisieron desviar la atención de sus propios problemas en campaña electoral. Montoro es de esa cuna de políticos que desprecian la comunicación porque piensan que los buenos gestores y las buenas gestiones venden solas ¡y así les va a algunos!. Montoro no es de los que dedica el 70% a hacerlo bien y el 30% a comunicarlo bien, por eso seguramente no se podía imaginar lo que ha ocurrido, con el titular que le ha dado “sin querer” seguramente a El Mundo.
Montoro ha antepuesto sus ansias de revancha y sus deseos de hacerse notar diciendo “oye, que aquí estoy yo eh, que no me voy” al mensaje de Rajoy. También ha aprovechado para dejar claro que su labor está realizada, que el tiempo le pondrá en su lugar.
Moraleja de “realpolitik”: Al final todos somos humanos y los cargos están ocupados por personas, por lo tanto es necesario tener en cuenta el aspecto emocional de los “cargos” para que este tipo de cosas no pasen. Un Ministro no es un ente, es un tipo con buenos y malos días y por mucho que quiera hacer un papel, el día menos pensado aflora la persona por encima del personaje.
Cayetana
Cayetana Álvarez de Toledo ha aprovechado el último disparo para un seppuku honroso, pero ha sido una metedura de pata, porque la credibilidad se tiene en base a lo que los demás piensen de ti, no en base a lo que tu cuentes de ti mismo.
Cayetana dice que no repite como diputada y pone a caldo a Rajoy, pero eso no lo hizo hace unos meses, lo hace a poco del inicio de la precampaña electoral. ¿Acaso sabía Cayetana que ya no sería diputada?. Es fácil acertar la quiniela los lunes por la noche. Es fácil irse ahora cuando a lo mejor ya “te han ido” y encima irte haciendo ruido, mucho ruido.
Cuando alguien se va, se nota, se sabe, no se discute si se ha ido sino el por qué de su marcha y las consecuencias de la misma. Eso ocurrió con Pimentel o con Gallardón, que se fueron ellos. Pero Cayetana no parece que se vaya, sino que se ha enterado de que no seguirá o seguirá en puestos de no salida.
Moraleja de “realpolitik”: Es muy complicado dejar el poder, porque engancha y al final uno no sabe como vivir sin él. Normalmente nadie quiere abandonar su cargo, su parcela de poder, su sueldo publico, etc. Cuando a una persona se le deja entre ver que no seguirá, lo suyo es irse con la cabeza alta y elegantemente, pero puede que se revuelva para que eso no ocurra o bien que lo asuma y trate de irse matando. Está en el género humano.
Arantza
La semana pasada escribía sobre el caso de Arantza Quiroga y dejaba abierta la posibilidad de su dimisión, como así ha ocurrido hace una hora. Creo que es un error sobre otro error, porque ella, a diferencia de Montoro o de Cayetana es la “jefa” de un quesito del PP en el tablero español. Ella es una “mini” Rajoy y debería seguir más que nadie esa directriz de tranquilidad. Arantza ha elegido el camino de la pataleta ante un revés de la vida y ha preferido abandonar un proyecto en lugar de capitanearlo.
La “espantá” de los últimos días ya era un indicativo de que esto pasaría y la confirmación de María Dolores de Cospedal, ayer mismo, de normalidad y que Arantza continuaría no hacía sino dejar más claro que se iría. Aquí podríamos sacar otra moraleja, que cuando un político con escasa credibilidad afirma algo, casi siempre ocurrirá lo contrario. Como pasa con los presidentes de equipos de fútbol, que ratifican al entrenador el domingo y lo destituyen el lunes.
Moraleja de “realpolitik”: Cuando se comete un error es muy común cometer varios más, porque has salido de tu zona de confort y de tu mecánica diaria. Las grandes personalidades aprovechan estos momentos de cambio para obtener un impulso en sus vidas. Las mentes pequeñas suelen concatenar errores y agrandar el problema inicial.
Moraleja final
La política es como es porque la hacen personas con sus circunstancias, por eso Ludwig von Rochau inventó el término “realpolitik” en 1853. Y es que esta “política realista” nos hace ver el mundo social como es y no como quisiéramos que fuera.