Al valorar la energía del bagua 1 debemos saber que en principio se ha denominado el área del trabajo, de los negocios y de los viajes pero en realidad ¿qué tienen estos tres temas en común para alguien que no es representante o similar?. Quizás el bagua 1 sólo se pueda mirar en los empresarios de alto standing o en las agencias de viajes.
No, evidentemente. El bagua 1 en realidad nos habla de la armonía que debemos tener para conseguir un movimiento continuo y fluido que nos permita cambiar y admitir nuevas informaciones, ser personas nuevas de continuo… no somos los mismos que cuando nacimos, hemos cambiado y gracias a todo lo que hemos pasado, a todos los cambios, a todas las decisiones bien o mal tomadas, somos una nueva persona que para dentro de un rato, con la nueva información y asimilación correspondiente, quedará atrás para conformar el siguiente paso. Ese es el cambio personal, eso es lo que valora este bagua.
FENG SHUI BAGUA 1
Hay una ley básica de la naturaleza que dice que “No cambio significa muerte”. Tal vez no estemos hablando de muerte en sentido físico, pero el estancamiento significa estar muerto en vida. El bagua 1 es el responsable en Feng Shui de evitar esto, de ahí los viajes como una forma nueva de conocer culturas y evitar quedarnos enganchados en la misma situación una y otra vez porque nuestros esquemas quedan obsoletos. No es el área de viajes con el objetivo de hacerse la foto, sino de interaccionar y conocer algo distinto. Quizás aprendamos más de un documental pero no podemos interaccionar y por lo tanto no cambia tan profundamente nuestra visión como cuando lo “respiramos”, llenamos nuestros sentidos y nos hacemos uno con ello aunque sea por un corto espacio de tiempo, pero lo hemos vivido.
El trabajo y los negocios…¿tienen relación con el cambio personal?. No desde el actual punto de vista occidental que tan sólo valora el trabajo como un medio económico y que suele basarse en la ley del mínimo esfuerzo. No debemos olvidar que este arte tiene su origen en China, un país con una filosofía en cada acto en la que el trabajo tiene una función dignificante más allá de las palabras. Alguien que trabaja es alguien útil a la sociedad y que por lo tanto merece un respeto, aunque yo no me beneficie directamente de ese trabajo. El respeto no se gana en principio –al menos no era así en tiempos del establecimiento del Feng Shui con poder o haciendo menos trabajo, sino más bien sacando el mayor partido a nuestra existencia, no en provecho propio sino en utilidad: que merezca la pena al mundo que yo haya nacido y no al revés.
Por eso este bagua emplea el trabajo como un método más para dignificarse. Supongo que a muchos les sonará extraño este planteamiento; en una época en la que encontrar trabajo ya es de por sí complicado encima encontrar uno que saque esas facetas de nosotros. No se trata de que sea el trabajo quien las saque sino de que sea el propio individuo, si es necesario ayudado por el Feng Shui, quien viva su trabajo por extraño o rutinario que sea como una manera de servir a la humanidad. Desde ese punto de vista no suele ser obligatorio que el trabajo sea remunerado así que alguien que no cobra por su trabajo, –incluyendo niños que tienen que ocuparse de sus hermanos pequeños mientras los padres están haciendo las labores de casa por ejemplo-, también puede beneficiarse de esta área aunque no siempre se vean realizadas sus expectativas. Imaginemos un ama de casa que se ha ocupado de esta durante 15 años, pero los hijos al hacerse mayores le dejan un espacio que quiere rellenar con otro trabajo remunerado; no siempre esta área va a proporcionarlo pues lo que hará más bien será que se sienta útil con el trabajo que realiza e incluso aparezcan nuevas tareas en el hogar –como cuidar a un mayor enfermo- que le ayuden a desarrollarse más…sin retribución económica.
Por eso debemos asegurar esta área como una forma de realización personal y de los cambios que necesitemos para ello.