Hace días que son oficiales los carteles de la temporada sevillana. No ha habido demasiadas sorpresas, no puede haberlas, ya que durante las últimas semanas han pasado por las quinielas taurinas todos los toreros posibles, que sólo les ha faltado a los plumillas de la profesión resucitar a Lagartijo y Frascuelo para formar una corrida de dinastía con Cayetano o Paquirri.
Por abreviar, contaremos que Oliva Soto comparecerá dos tardes, una con Alcurrucén y otra con la del Conde de la Maza, exigida por el gitanito de Camas, empeñado en desmotrar que el arte y las venidas de las musas no están reñidas con el Toro con lo que tiene que tener un Toro. Salvador Cortés, torero con muchos partidarios, se enfrentará a los toros de Dolores Aguirre y Victorino Martín. Aguilar, Alberto, se presenta en Sevilla con inmejorables credenciales francesas. Cayetano, dos paseíllos, en su caso, dos pasarelas. Miguel Tendero, Rubén Pinar, Antonio Barrera o Tejela también están anunciados para mala suerte del aficionado. Las figuras continuan con el adocenamiento de la Fiesta: no verán sus nombres anunciados con ganadería que no provenga de las ruinas bodegueras. Daniel Ruiz, Jandilla, Garcigrande, Torrehandilla, Ventorrillo o Cuvillo son los hierros elegidos por la élite del escalafón.
Vuelve Fuente Ymbro, también repudiada por muchos, y que con buen tino ha escogido Talavante para dar el aldabonazo que reinicie su meteórica, pero frenada, carrera. Sabiendo como está el personal con el torero extremeño y las preferencias toristas sevillitas, de este casamiento puede salir el triunfo de la feria. La corrida del Pilar, con la lujosa alternativa de Esaú Fernández -¡que nombre tienen los toreros hoy!- sería de garantías de no ser porque anda Morante en el cartel, con Curro Vázquez haciendo y deshaciendo lotes por tierras charras a su antojo, con lo cual es una incógnita, chiquitita y cornigacha, la que salga por chiqueros la tarde del 3 de Mayo.
El Sábado de Farolillos torean Juan Mora y Curro Díaz, con el Fandi de acompañamiento. Se caen del cartel los mediáticos, los de putiferio y oro. Eché en falta el gesto del torero placentino de mandar a Canorea a coger lilas. Es una cantada por su parte la rajada contra la empresa y su valiente posicionamiento como revolucionario de la Fiesta -alzado a ese pedestal por la afición, quizás desmedidamente- para terminar sustituyendo a última hora al hermano mayor de Paquirrín. Pseudo torero que por cierto, se ha borrado del mapa por el cambio de ganaderías, no le gustó nada en el campo la corrida de Manolo González y argumentando que quiere torear en día que no sea sábado ha dado la espantá. Yo le hubiera ofrecido la del domingo, a ver si ese día es mejor... El caso es que Juan Mora, con la de palos que le han dado en el lomo, se ha dejado humillar de mala forma a estas alturas de la película.
Para el domingo, si Paquirri no se anima, nos queda la miurada que cambia con respecto a los últimos abriles. Veremos al domingo valderrama murciano, Rafaelillo, doctor honoris causa en la Universidad de Zahariche, compartir cartel con José Luis Moreno, que ya no sabe lo que tiene que hacer para entrar en ferias, y el mexicano Israel Téllez, al que muchos le están cincelando la lápida sin saber que aunque poco, algo ha corrido por Francia y no está tan verde como se puede pensar. Llegados a este punto hay que decir que se ofreció el puesto antes a Macías, que lo rechazó ipso facto. Por no sé qué criterios, el lugar del Cejas se ofreció a otro mexicano. Canorea no es de los que rompen la cabeza pensando. Sus jaquecas son de nacimiento.
Se echan en falta Urdiales, Sergio Aguilar, un mejor trato a Macías, y por qué no, el Pauloba en uno de los sitios que se rellenan al mejor y más barato postor. Peor me lo pone si vemos qué bien se trata a Aparicio, de corte similar y peor preparado para estas lides. Dolor de estómago causa percatarse de la falta de una novillada, por lo menos, con lo escasos que estamos de ellas, durante el ciclo abrileño.
Y no me olvido de Luis Vilches, que traerá el toreo, aunque suyo no sea el triunfo.