El domingo estaré en la Feria del libro de Madrid con mis criaturas de papel. Será de 11 a 13 horas en la caseta nº 14 de ADELA.
Este puede ser un buen momento para echar la vista atrás y mirar el camino. Los primeros relatos, algunos de ellos tuvieron la suerte de ser premiados; la primera novela, La asesina de los ojos bondadosos, ganadora del premio de la Diputación de Jaén a Escritores Noveles y que fue la que hizo albergar la loca idea de ser escritora. Luego llegaron los Trece cuentos inquietantes, publicados con Editorial Hipálage, siempre agradeceré a su editor, José Miguel, que fuera el primero en apostar por mi obra. Es una pena que esta editorial haya desaparecido.
Mi tercera publicación, El club de las palabras prohibidas, supuso un gran reto para mí. Escribir para jóvenes me parecía mucho más complicado que hacerlo para adultos. Otra editorial, en este caso Edimáter, decidió apostar por esta historia futurista que pretende ser un homenaje a libros como Un mundo feliz, Fahrenheit 451, 1984, etc. Maite, la editora, me ayudó a corregir el texto y con sus consejos, reescribí la novela, creo que el resultado fue bueno, y lo demuestra el hecho de que los jóvenes que la han leído, han disfrutado con ella.
La edición que había hecho la Diputación de Jaén de mi primera novela se había agotado. Me daba pena que el libro quedara olvidado, así se lo dije a Inma, que por aquel entonces solo era una amiga y que después se convertiría en la editora de PezSapo, ella decidió hacer lo que nadie le aconsejaba: iniciar la andadura de su editorial con una novela ya publicada. No salió mal el invento. En estos momentos, apenas quedan ejemplares y nos planteamos hacer una nueva edición. Mi agradecimiento también para ella, que tanto me ha ayudado con sus consejos.
Otra persona fundamental en mi vida de escritora ha sido y es Ramón, el impulsor del taller literario El desván de la memoria. Desde que lo conocí en Murcia y decidí inscribirme en su taller he aprendido muchas cosas, la principal, en la que él insiste siempre: disfrutar de la literatura. Con su editorial, de mismo nombre que el taller, publiqué mi cuarto libro La nieve en el almendro, para mí gusto, lo mejor que he escrito hasta ahora. Una historia intimista que narra el amor de un adolescente por una mujer adulta. Una historia triste, pero muy hermosa.
El año pasado la vida me dio un duro golpe. Mi hermana María murió víctima de un cáncer. Mientras ella luchaba los últimos meses por aguantar un día más, yo estaba preparando un libro en su honor: Cuentos caníbales. Uno muy especial, pues todos los ingresos obtenidos con su venta se están destinando a la AECC, gracias a Juanfra, otra persona a la que le estoy muy agradecida. Es el propietario de la empresa Desguace J. Torres, además de un lector fiel, la empresa que pagó la edición de estos libros.
Y por último, recién estrenado, aparece El duende del pijama rosa, editado por Babidi-Bú, la editorial "sucesora" de Edimáter, pues la gestiona Marta, la hija de la anterior editora. Es mi primera incursión en el libro infantil y aún estoy asustada, pero de lo poco que llevo en contacto con los pequeños solo puedo decir que me lo paso genial con ellos. Rosáceo es el duende de la igualdad, el que nos enseña a vivir en una sociedad más igualitaria.
Está bien mirar hacia atrás y acordarnos de aquellas personas que nos han ayudado a recorrer el camino o, simplemente, nos han acompañado o nos han dedicado palabras de ánimo. Y ahí está Horacio, escritor argentino, que siempre está dispuesto a leer lo que le mando y a hacerme una crítica constructiva. O María, filóloga y paisana, que va a conseguir acabar con mi leísmo, entre otros vicios que tengo.
Hay mucha más gente: lectores, amigos, escritores, familia, paisanos, etc. A todos ellos, con estas palabras, quiero mostrarles mi agradecimiento.