Fernando Azor, psicólogo clínico y director del GabinetedePsicologia.com, colaboró con Informativos Telecinco en el reportaje sobre adicción a los videojuegos. En este enlace puede ver su intervención en el minuto 22:20. El trastorno por videojuegos como enfermedad mental, es la propuesta de la OMS que estará recogida en su próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). Desde 1990 no se actualizaba y está parece ser una propuesta firme. Son muchos los detractores de este diagnóstico y no queda claro que haya suficientes estudios que avalen esta etiqueta diagnóstica. Aun así, la OMS apuesta por ella y su diagnóstico clínico.Muchas veces identificamos el término adicción con las sustancias. Es decir, pensamos en alguien que no puede controlar su consumo de alcohol, café u otras drogas. Lo cierto es que la adicción es algo que está en las personas y no en las sustancias, así que quien sea propenso a ser adicto a algo lo será con casi cualquier cosa. En estos últimos años han ido consolidándose las nuevas tecnologías y han surgido los adictos. Teléfonos móviles, videojuegos, ordenador, internet, chats varios, etc. son nuevos fenómenos que, como cualesquiera otros, tienen sus adictos.El éxito de los smartphones está muy relacionado con la adicción a las nuevas tecnologías. En un smartphone hay chats de mensajería instantánea, videojuegos, internet, acceso directo a las redes sociales, cámaras fotográficas, etc.
Entre las posibles causas de esta adicción a las nuevas tecnologías se encontraría el hecho de que las nuevas tecnologías ofrecen un refugio a aquellos jóvenes que no se integran adecuadamente en el mundo real. Con frecuencia, el mundo real les parece hostil y es mejor para ellos refugiarse en el mundo paralelo de los videojuegos o de las redes sociales. En relación con estas últimas, las personas con baja autoestima o problemas de imagen corporal, timidez y falta de habilidades sociales pueden recurrir a ellas para mostrar una imagen modificada de sí mismos. Así, seleccionan y muestran al mundo lo que consideran que más puede gustar a la gente.
Podemos considerar que un joven o un adulto tienen una adicción a las nuevas tecnologías cuando prefieren relacionarse con el mundo que hay tras la pantalla que con el que está ahí fuera. La patología se expresa en el hecho de que dejan de implicarse en el mundo real y a descuidar sus responsabilidades, junto con una hipersensibilidad ante el juicio de los demás en el mundo exterior. En el mundo real uno no puede controlar cuál es su mejor sonrisa o cuál es la parte del cuerpo que no quiere someter a la mirada de los otros. Por otra parte, fuera de una red social es más difícil ser ingenioso, divertido, asertivo y seguro de uno mismo.Si vemos que nuestro hijo u otra persona de nuestro entorno descuidan otras actividades que antes eran placenteras para dedicarse al objeto de su adicción a los videojuegos o las nuevas tecnologías, es cuando deberíamos comenzar a pensar en ofrecerle la ayuda de un psicólogo. Si detectamos que esa persona altera sus horarios para dedicarse de lleno a chatear o a entrar en redes sociales, si existe un aislamiento de la familia o del grupo de amigos o si aumenta su irritabilidad, podemos considerar más que conveniente recurrir a la terapia psicologicaLas nuevas tecnologías ofrecen un refugio a aquellos jóvenes que no se integran adecuadamente en el mundo real
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