Hoy Fernando Pessoa cumpliría 135 años. El ilustre poeta portugués vio la luz, por primera vez, en el Largo de San Carlos número cuatro, un inmueble que se halla frente a la Ópera de Lisboa -Teatro de San Carlos-. Un teatro de voces a las que él proporcionó una personalidad propia, creando, como sólo lo hacen los genios, un nuevo estilo literario: el de la heteronimia. Pessoa, dijo: "Vivir es ser otro. Ni sentir es posible si hoy se siente como ayer se sintió: sentir hoy lo mismo que ayer no es sentir: es recordar hoy lo que se sintió ayer, ser hoy el cadáver vivo de lo que ayer fue la vida perdida". Y en esa eterna búsqueda del presente exento de futuro, abordó todo aquello que su mente tuvo a bien vislumbrar o explorar. En este sentido, quizá no haya mejor forma de recordar a un escritor, que de pequeño quiso ser pirata porque esa era la mejor forma de ser muchos a la vez, que la de rescatar su obra. En esta ocasión traigo hasta aquí su poema, Mi imaginación es un Arco de Triunfo, a través de su heterónimo Álvaro de Campos. Y cuya traducción he extraído del Catálogo de la exposición Pessoa/ Lisboa, (Círculo de Bellas Artes de Madrid: 01.12.2016 al 05.03.2017).
PD: el próximo mes de julio llegará a las librerías mi nueva novela Los dioses perdidos que se alzó con la XXVI Edición del Premio de Novela Corta José María de Pereda. Una nueva forma de seguir recordando y celebrando la vida y la obra del poeta portugués. De ahí, la fotografía de esta reseña -portada de la novela- creada por Valdelomar D&M.