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Ferrer Dalmau: “Servicio en Despoblado”. Aproximación pictórica a la Guardia Civil

Por Revistaletralibre
Ferrer Dalmau: “Servicio en Despoblado”. Aproximación pictórica a la Guardia Civil
Por María Fidalgo CasaresDoctora en Historia del Arte
Ferrer Dalmau, llamado el “Pintor de Batallas” ( Barcelona 1964) es en la actualidad el principal representante español del género histórico- militar. Dentro de su trayectoria, ha representado pasajes históricos en los que ha incluído a todos los cuerpos militares que por su impacto mediático se han convertido en iconografías.
En esta relación del autor con los cuerpos de seguridad, adquiere una especial relevancia su tratamiento de la Guardia Civil, al que no sólo se acerca como artista sino como teórico. Es autor de “Historia de la Caballería de la Guardia Civil desde su fundación hasta 1933”, donde repasa desde la uniformidad y armamento hasta las monturas de sus caballos. Hace también referencia a sus unidades montadas que prestaron servicio en campaña y la organización de las unidades para hacer frente a las crecientes demandas de seguridad, entre ellas la instrucción para el servicio a caballo y el cuidado del ganado. A esta última faceta dedica el lienzo “Servicio en Despoblado” que analizaremos como lienzo-tipo por recoger gran parte de las señas de identidad del artista. Ferrer Dalmau.
Un tema recurrente en su trayectoria
La Guardia Civil ha sido un tema pictórico recurrente en su trayectoria. La Santa Hermandad, se considera el antecedente remoto de la Guardia Civil ya que fue uno de los primeros cuerpos policiales organizados de Europa, creada para combatir el problema del bandolerismo en los campos castellanos por los Reyes Católicos.
Pese al gusto del artista por bucear en la historia y los orígenes de los cuerpos, hasta la fecha no ha pintado lienzos sobre la Santa Hermandad. Sin embargo se ha embarcado a fondo en la representación de la Guardia Civil del siglo XIX , XX y XXI. En este siglo, sus imágenes actuales de la Guardia Civil en Afganistán fueron un revulsivo en la pintura española. Su obra “La Patrulla”, se considera uno de los cuadros bélicos más sobrecogedores de la historia reciente, actualmente se exhibe en el Museo del Ejército. Lleva escrito al reverso los nombres de los nuestros caídos en Afganistán y la frase de puño y letra de Pérez Reverte "Durante siglos, en cada una de sus huellas estuvo España".
Ferrer Dalmau: “Servicio en Despoblado”. Aproximación pictórica a la Guardia CivilGuardia Civil en Afganistán
Servicio en Despoblado
Servicio en Despoblado creada en 2016 en un primer análisis podría dar la falsa impresión de ser una composición sencilla : un guardia habla con un pastor. Incluso podríamos aventurar que fuese una obra menor dentro de la trayectoria del artista. Es el llamado "servicio en despoblado", uno tantos servicios que hacían los miembros de la Guardia Civil patrullando por los campos de España asegurando su protección y defensa.
La sencillez es mera apariencia -y buscada conscientemente por el artista- porque la extraordinaria calidad de ejecución le sobredimensiona y le hace plantear una puesta en escena compleja no exenta de dificultad.
Sumado a ello, la obra aporta multitud de sutiles y específicos matices, que sólo pueden ser captados por los miembros y amantes del Cuerpo al que va destinado.
Muy lejos de volver a situarnos en sus habituales campos de batalla, (no en vano su sobrenombre es El pintor de batallas), ubica la escena en un campo de Castilla. El pintor huye de esas escenografías espectaculares de centenares de figuras deslumbran - y opta por una puesta en escena aparentemente sin artificios.
La Naturaleza domina espacialmente el último término de la composición y gran parte de la superficie del cuadro. Encontramos esa maestría en la representación del horizonte que tanto le caracteriza, con una gran presencia de masas nubosas y marcando el trinomio de cielo- tierra- hombres que impregna a sus lienzos de una mística huella existencial.
Los paisajes de Dalmau nunca son protagonistas, sino el escenario de sus narraciones plásticas, aunque el artista se revele como un paisajista extraordinario. Campos desolados cegados por el sol, superficies nevadas, o intensos oleajes, son de un naturalismo exacerbado, pero a la vez están cargados de emoción. La transmisión de sentimientos a través del paisaje es algo muy difícil de lograr y Ferrer siempre lo consigue y les confiere a sus lienzos una intensa carga romántica.
En este caso además, el paisaje es un importante recurso argumental: sitúa a sus protagonistas en un entorno determinado: el mundo rural y sumerge al espectador en la escena. No sólo eso, y ya va el primer matiz, imposible de captar a los profanos, indica hasta la época del año, ya que el guardia porta en el tricornio no sólo una visera, sino también la cogotera. Elementos que los guardias bien conocen y que aparecen reglamentados específicamente" visera y cogotera para servicio en despoblado".
En el segundo término, un modesto corral en el que un personaje de espaldas está encerrando un rebaño .La escena central la conforman las figuras del guardia a caballo y el pastor, centro y eje de dos diagonales compositivas, en perfecto equilibrio de masas y volúmenes.
Enseguida deslumbra la magnificencia del retrato del campesino, cuyo rostro, reflejo, casi más de la profesión que del carácter, responde al mejor realismo español. Sorprende la calidad de las texturas y materiales, parece olerse el cuero del zurrón y sentirse la aspereza de los tejidos y la lana de la pelliza. En el guardia, la perfección de los matices mates del uniforme, el lustre de las botas, la exquisitez en la representación del caballo recién bruñido o el brillo de la culata y los destellos metálicos de la espuelas. Por no hablar del tratamiento animalistico de las ovejas, comparable al Bassano manierista. Las piedras, arbustos y matojos castellanos invaden el espacio de a quien contempla la escena, y le hacen sentirse inmerso en la conversación.
La gama cromática en ocres, verdes y terrosos, sin puntos rutilantes es un recurso del autor para incidir en la cotidianidad y carácter rutinario de la jornada de la escena. Solo el aúreo cromatismo del caballo sobresale del conjunto.
Como suele ser habitual en el artista, el caballo es un espléndido ejemplar de raza española cruzado. A descripción de los expertos es“ de color castaño de capa y calzado del pie derecho, colino careto que bebe por belfo superior y cabezada con filete y bocado”. De buenos huesos y alzado, nos rendimos a su magnificencia animal.
Ambientación histórica
No es un guardia genérico y un pastor. Otro de los grandes puntales de Ferrer- Dalmau es el rigor en la contextualización histórica, sin falta de raccord en uno sólo de sus lienzos. A través de los detalles de la uniformidad , al autor catalán situa la escena en un tiempo muy concreto. El cuadro representa un cabo de la Guardia civil, de caballería, lo sabemos no sólo por el caballo, sino por la bandolera que cruza su cuerpo de cuero amarillo anaranjado (un color que deriva de las primitivas de ante de la época fundacional), con sus tres cartucherines.
Desde la época fundacional, el color principal de los uniformes fue el azul oscuro ("dado en tina") con cuello, vivos, vueltas y bocamangas en grana. Sin embargo, ya entonces se prefirió el verde para algunas capotas o sobretodos que constituían la prenda de abrigo para servicios en despoblados. Un color que pudiera haber sido aconsejado por la mayor discreción con que así se podría mover la pareja por los campos y montes… El uniforme del cabo protagonista es "gris verde", y lleva en cuellos y bocamangas un vivo rojo, y en estas, el característico tresillo con portezuela. Los botones son plateados porque son los que se usaron desde la fundación del cuerpo hasta el Reglamento de uniformidad de 1943, que los cambiaron a dorado para todo el ejército.
Debemos situarlo por tanto la escena en el reinado de Alfonso XIII, aunque posterior a 1922, año en que se sustituye la funda blanca del sombrero (así se denomina al tricornio en los reglamentos). Lleva en éste, visera y cogotera para servicio en despoblado. Sin embargo, la representación es anterior a 1931 pues la II República estableció otro emblema para el cuello más pequeño y sin corona. Colgada de una funda de cuero, porta el arma que podría identificarse como una tercerola Máuser 1895, aunque por su longitud también podría parecer el mosquetón modelo 1916.
Claves narrativas a la esencia de la Guardia Civil
Aunque no lo parezca, como hemos comentado las figuras sólo son una pequeña parte de un cuadro en el que domina la naturaleza. Dos protagonistas principales que aparecen detenidos en el espacio y en el tiempo y parecen intercambiar unas palabras.
Sin embargo con esta sencilla escena, Ferrer Dalmau no sólo reivindica el trabajo diario del Cuerpo, sin importar las condiciones y lugares en las que tiene que hacerlo. Va mucho más allá y llega a lo más hondo de la esencia de la Guardia Civil y es que a través de la cuidada representación ofrece datos " para iniciados" que no son visibles para los profanos.
El guardia se dirige al pastor, pero pese a su posición superior, no exhibe superioridad ni altanería, sino cumplimento del deber y lealtad. Una muestra del espíritu benemérito que junto al sacrificio, la austeridad, la disciplina, la abnegación, capacidad de servicio y sacrificio, cristalizó en el lema «el honor es mi divisa».
Porque con “Servicio en Despoblado” el artista no está pintando una escena cualquiera. Para darse cuenta habría que saber que, aunque sus orígenes más antiguos puedan rastrearse en la Santa Hermandad, la Guardia Civil fue fundada tras la Guerra de la Independencia, cuando la inseguridad invadió el país sobre todo en las zonas rurales y surgieron por los caminos todo tipo de ladrones y villanos. El Duque de Ahumada la funda en 1844, pero no es sólo el artífice de la constitución del cuerpo, sino también del soporte moral de la Guardia Civil, cuyas bases están en la cartilla, que recoge los principios clave que debían guiar sus actuaciones. El férreo cumplimiento de estos compromisos permitió al cuerpo despejar los caminos y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Servirán más y ofrecerán más garantías de orden cinco mil hombres buenos que quince mil, no malos, sino medianos que fueran.

El artista, conocedor a fondo de este código moral y valores de los miembros del cuerpo, los homenajea representando en una sola imagen dos de los capítulos fundamentales contenidos en la famosa cartilla. Un reglamento que los guardias se saben de memoria. Y es que la camaradería que destila la mirada del guardia al pastor Dalmau acerca al espectador el Capitulo I Artº15.
"Ha de procurar juntarse generalmente con sus compañeros, para fomentar la estrecha amistad y unión que debe haber entre los individuos del Arma, aunque también podrá hacerlo con aquellos vecinos de los pueblos que por su moralidad y buenas costumbres sean apreciados y considerados en el pueblo donde estuviere".
Pero, sobre todo, el lienzo recoge en su totalidad la directriz contenida en el Capítulo II Servicio en los caminos Artº 3.°" Procurarán informarse de los labradores, transeúntes, y muy particularmente de los pastores, si han visto o llegado a sus hatos alguien, que por su persona o mala traza inspire desconfianza".
Ferrer Dalmau: “Servicio en Despoblado”. Aproximación pictórica a la Guardia Civil
Ferrer Dalmau y la Guardia Civil
Entre la épica y la lírica, en la obra Servicio en Despoblado, el artista parece decantarse por el componente romántico:.. los campos de Castilla, la hermosa estampa del guardia a caballo por las estepas, los humildes pastores… .Pero, sin embargo, la épica está presente tanto o más que nunca por la plasmación de los valores del coraje y el sacrificio en el trabajo diario y en la sencillez del mundo rural. Épica y lírica vuelven a convivir en simbiosis perfecta.
Y es que la épica refleja las hazañas de los grandes hombres, pero el artista plasma que no sólo se demuestran en el campo de batalla. Y éste es el mensaje del lienzo para la posteridad: la Guardia Civil es un Cuerpo que se ha ganado el respeto de españoles de todos los tiempos, gobiernos, tipo y condición, guiados siempre por los principios de un legendario código moral, bajo los valores de un lema eterno e imbatible "El Honor es mi Divisa".

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