Festival de Cine Europeo de Sevilla 2012: Mold

No todas las películas tienen porqué contarnos una historia, pueden intentar transmitirnos un sentimiento, sensaciones, o hacernos reflexionar, entretenernos o simplemente mostrarnos unas sucesión de imágenes surrealistas. Mold no consigue nada de esto. El actor principal realiza un buen trabajo, su mirada refleja toda la tristeza y soledad que su personaje requiere, y en ocasiones la fotografía es muy buena, pero todo lo demás carece de interés.
La película no parece tener una razón de ser, una meta, no lleva absolutamente a nada. Primero se nos plantea la desgracia del personaje protagonista, y posteriormente los problemas con un repugnante compañero de trabajo, pero tenemos la permanente sensación de que todo lo que sucede es totalmente gratuito. Ejemplo de ello es la escena de la violación, que trata de pegar un mazazo en el aburrido espectador, pero el cambio brusco resulta de mal gusto, y tampoco tan impactante como el director parece querer conseguir.
La historia se hace monótona, repetitiva, una vida rutinaria vacía e insulsa, una historia más de una persona que está completamente sola en el mundo que no aporta nada nuevo a todo lo que hemos visto anteriormente. Aburrida y pesada como ella sola.