Gracia Querejeta ha llegado al Festival de cine de Málaga presentando 15 años y un día dónde, con la participación de Maribel Verdú y Tito Valverde, toca el tema del típico chico conflictivo que al cambiar de aires, ocurre en él un cambio drástico como persona.
Francamente, y tras su visionado, uno no sabe a qué se está enfrentando; puesto que no es una comedia, aunque el choque generacional levanta risas entre el público, y tampoco es un drama, porque con el nivel actoral que se plantea sería imposible, desconozco si realmente estábamos ante un thriller policiaco, aprovechando a Tito Valverde y ejerciendo un spin off encubierto de El Comisario, por lo que entrevemos que Gracia Querejeta lo que ha querido plantear ha sido una película que toque absolutamente todos los géneros posibles, sin adentrar demasiado en ninguno, separando dichos fragmentos por fundidos a blanco, que en Pachá Ibiza deben ser lo último.
Y hacemos hincapié en que no trata absolutamente de nada, y la película plantea más de un interrogante en cuanto a la historia de los personajes, que son todos muy “porque sí, porque me apetece”.
Luego está el tema actoral, en muchas ocasiones películas simplonas son capaces de reunir un gran reparto y hacer que no sea tan insufrible su visionado, esto no pasa con 15 años y un día que tiene, posiblemente, el peor reparto jóven en la historia del cine español. Llamadme tiquismiquis, pero el problema de la delincuencia latinoamericana juvenil, que tiene como representante a un chico que dice ser de Ecuador pero habla como si fuera del Barrio de Vallecas, no me termina de cuadrar en todo este asunto. Y eso sólo por mencionar alguno de los múltiples fallos en este aspecto del último largometraje de Gracia Querejeta. Aunque no creo que caiga esa breva.