Los prejuicios, la mayoría de las veces, nos juegan muy malas pasadas. La perspectiva de ver una película ambientada en la Guerra Civil protagonizada por Mario Casas, haciendo de jiennense, no era del todo agradable. Más aun conociendo la historia que ha sufrido La mula que fue rodada en 2009 y ha tardado cuatro años en salir a la luz. Todo hacía presagiar un desastre mayúsculo. Pero, por sorpresa, no es así y La mula ha superado todos los escollos y se ha alzado como lo mejorcito visto en el festival.
En La mula Mario Casas interpreta a un joven que con solo una mula y 400 pesetas se encapricha de una joven María Valverde. Sólo quedan días para que la Guerra Civil finalice y tendrá que afrontar esos últimos momentos en el frente.
La anécdota argumental de La mula es muy leve y se basa más en reflejar el desconcierto e inocencia de los jóvenes soldados que se encontraron atrapados en un bando, en este caso el nacional. Este es el primer punto a favor de La mula a la hora de afrontar un tema tan manido como la Guerra Civil: huir de maniqueismos tan propios de este tipo de cine. La sensación de veracidad al ver a jóvenes que luchan en un bando por simples circunstancias vitales y no por ideales políticos queda bien reflejada y ayuda a que la película no transite por demasiados tópicos. Resulta curioso que tengan que venir directores extranjeros, como hizo en su momento Ken Loach, a reflejar sin complejos situaciones como las que se tuvieron que vivir en esa época y que nos hemos acostumbrado a ver como una guerra de buenos y malos sin más matices.
La segunda clave a destacar de La mula es su sentido del humor. Está claro que el mayor referente en este sentido es La vaquilla de la que hereda ese gusto por el absurdo, fomentado por el contexto de la guerra. Así, tanto los diálogos como las situaciones destilan mucha ternura pero sin despreciar el horror del trasfondo.
Debo reconocer que uno de los temas que más me escamaba antes de ver la película era saber que estaba ambientada en Andalucía. Ver a actores forzando un acento andaluz es uno de los mayores horrores que uno puede oír en una pantalla. Pero, en este caso, Mario Casas logra superar el escollo sin que oirlo haciendo de jiennense nos dé vergüenza ajena. No sale tan bien parada María Valverde que sí fuerza un poco más su deje y suena un poco peor.
La mula ha sido la última película proyectada en el Festival de Cine Español de Málaga y ha sido sin duda la gran sorpresa. No sería de extrañar que encontrase varios huecos en el palmarés, incluyendo a Mario Casas.