Una lástima, pero esto se acaba. Un repaso a las películas de este pasado jueves en el Zinemaldia.
FOR THOSE WHO CAN TELL NO TALES Jasmila Zbanic (Bosnia-Herzegovina) SECCIÓN OFICIAL
El Zinemaldi ya permite de todo. Hasta videobloggers en pijama. Una turista australiana viaja a Visegrado y nos presenta un panfleto turístico con todas las bondades del país. Hasta que descubre los horrores de la Guerra de los Balcanes y se niega a aceptar que las atrocidades cometidas durante años de contiendas bélicas hayan sido enterradas por sus ciudadanos. A un servidor no le gusta que le sermoneen, menos aún de forma pretenciosa y con un cargante uso de la música. El tema de la memoria histórica da mucho juego si se trata con rigor, pero en este caso se hace de forma sesgada y manipuladora. A evitar.
JEUNE ET JOLIE François Ozon (Francia) PERLAS
Todos recordaréis que Ozon causó sensación en la pasada edición del Festival de San Sebastián. Dans la maison conquistó a crítica, público y también jurado, al llevarse la Concha de Oro y el premio al mejor guión. Pues a mi modo de ver, su nueva película es incluso hasta superior. Pasó desapercibida en Cannes y ha tenido que venir Donostia a ponerla en su sitio con críticas entusiastas. Una historia con ecos al Belle de Jour de Luis Buñuel, una adolescente que a espaldas de sus padres y su familia se meterá en el negocio de la prostitución, diríamos que de lujo, porque la chiquilla se cotiza a base de bien. Esperaba algo distinto, más centrado en la insinuación, la provocación, en la carga erótica del asunto, lo que me ha descolado al inicio, pues Ozon nos ofrece una película que a pesar del tema que toca se ve sofisticada, elegante, con clase, de una mujer que busca y necesita ejercer y percibir su poder ante los hombres. El segundo tramo de la película es fabuloso, un periodo de aceptación y desafío, que termina con un potente último acto.
EL REY DE CANFRANC Manuel Priede, José Antonio Blanco (España-Francia) ZABALTEGI
Un documental de la2. Nos han puesto un puto documental de la2. Interesante a nivel didáctico, se centra en la rocambolesca figura de Albert le Lay, un espía al servicio de la Resistencia francesa que se ocultaba bajo la normal apariencia de jefe de la aduana en la estación de ferrocarril de Canfranc, punto estratégico de paso de mercancias entre España y Alemania; a nivel cinematográfico es un documental más. La historia te puede llamar más o menos, personalmente no la conocía, pero nada nuevo a explorar en el género. Correcta.
LA HERIDA Fernando Franco (España) SECCIÓN OFICIAL
Encumbrada por los amigos de Caimán Cuadernos de Cine, había curiosidad por la proyección de La Herida, última cinta a competición que nos quedaba. Ópera prima de Fernando Franco, sigue la vida de Ana, conductora de ambulancias, quien padece Trastorno Límite de la Personalidad, lo que le lleva a una espiral de autodestrucción. La película está centrada total y exclusivamente en la protagonista, encarnada magníficamente por la actriz Marian Álvarez -quien prácticamente con seguridad se llevará la Concha de Plata- mostrándola en acciones cotidianas que se ven condicionadas por su enfermedad. Algo que en condiciones normales nos llevaría al aburrimiento absoluto, pero que la mano del director es capaz de hacerlo relativamente ameno. Una propuesta interesante, que si bien no ofrece nada más de lo esperado, se ve con agrado.
L'IMAGE MANQUANTE Rithy Panh (Francia-Camboya) PERLAS
Radiografía del regimen político de los Jemeres Rojos, organización guerrillera que lideró el gobierno del país camboyano de 1975 a 1979. La película parte del argumento de que las únicas imágenes que existen de esa época son las "oficiales", las manipuladas por el gobierno de la época, dejando sin documento las atrocidades a la población y las miles de ejecuciones que se realizaron. Para ello, para mostrar esa otra Camboya, se apoya en la narración con el uso de figuritas de barro, que recrean hechos históricos que se han querido ocultar. Sinceramente tengo que confesar que debido al cansancio y al desinterés pasé bastante parte de su metraje desconectado de su contenido, lo que no quita el hecho de encontrarnos con una película valiente y necesaria.
Y llegó Hugh Jackman. Mi tocayo. Con expectación enorme, máxime cuando este año la colección de famosos es inexistente. Algo contaremos de ello en la próxima y penúltima crónica desde Donostia.