Revista Ciencia

Ficus en Ávila y ballenas en la Casa de Campo

Por Aver Aves @AverAves
Ficus en Ávila y ballenas en la Casa de Campo

Ruiseñor común fotografiado por Nicolás Pinedo y omnipresente en casi todas las rutas

Javier Rico

Se acabó el curso 2017-2018 y con él las rutas de Aver Aves. Las dos últimas no fueron con grupos escolares, sino con otros más diversos en edad, pero igual de interesados y participativos. Por supuesto hubo pinzones, ánades, verderones, golondrinas, cigüeñas, ruiseñores, oropéndolas, rabilargos, gorriones… y paramos, que si no este artículo se queda en una enumeración de especies. Simplemente destacar que da lo mismo el lugar y la compañía humana (Casavieja, en el Festival de Iniciativas Culturales y Sociales del Valle del Tiétar, o la Casa de Campo, con la revista Ballena Blanca), las aves siempre están ahí.

Sí, se acabaron las rutas por este curso y en las próximas entradas al blog haremos balance del mismo, que os adelantamos que será positivo. Cómo no va a ser positivo viendo las caras de satisfacción, la alegría y las ganas de compartir emoción y curiosidad de las personas que se vienen a las rutas. Esos instantes, junto a la aparición de las aves en cientos de entornos diferentes, son el mejor regalo que recibimos en Aver Aves.

En cada edición que se celebra el Festival de Iniciativas Culturales y Sociales del Valle del Tiétar (Ficus para las amigas y amigos) recibimos su llamada y a ella que acudimos. En esta ocasión tuvo lugar en Tunkhasila, un albergue rural situado en Casavieja (Ávila). Por cierto, las estribaciones de Gredos y los bosques de robles y fresnos, estupendo hábitat para una gran variedad de especies de aves, hace de este sitio un lugar muy recomendable para alojarse.

Ficus en Ávila y ballenas en la Casa de Campo

Hasta los perros se apuntan a escuchar cantos e historias de aves. Aquí en la ruta durante el Ficus.

Un grupo formado por personas de todas las edades (literal) disfrutamos especialmente con los cantos con los que nos deleitaron numerosas especies en pleno éxtasis primaveral. Ruiseñores, carboneros, verdecillos, carboneros, pinzones, oropéndolas y zarceros no dejaron de reclamar nuestra atención con sus bellos y variados trinos.

Pero hubo también avistamientos que concitaron expectación y admiración. Entre los pinos resinados que se reparten por buena parte del itinerario se mostraron muy activos los herrerillos capuchinos, con su característica cresta y su piar finísimo. Pero también hubo miradas de admiración para el bisbita arbóreo, que haciendo honor a su nombre se quedó unos minutitos posado en una rama.

Ficus en Ávila y ballenas en la Casa de Campo

Durante el Ficus nos entrevistaron en Radio Crianzas del Valle del Tiétar

Costó salir del Ficus. Terminada la ruta, seguía la buena onda entre gentes y propuestas culturales y sociales llenas de cariño por la naturaleza, como Radio Crianzas del Valle del Tiétar, que nos entrevistó casi como continuación de la ruta, con más peques y más mayores compartiendo conocimiento y pasión por las aves.

Y vuelta a la ciudad, nuestro hábitat natural, donde realizamos la gran mayoría de las salidas, en este caso con ballenas. Sí, la revista Ballena Blanca contó amablemente con Aver Aves para organizar una ruta entre Madrid Río y la Casa de Campo, remontando el arroyo Meaques, como deferencia hacia suscriptores y allegados. Ya comenzaba a hacer calor en Madrid, pero eso no fue impedimento para que 28 especies de aves nos alegraran sobremanera el paseo.

Ficus en Ávila y ballenas en la Casa de Campo

Avistamiento de aves durante el paseo remontando el arroyo Meaques

Todo empezó en Madrid Río, a la altura del Puente del Rey, donde no faltaron ánades azulones, gallinetas, lavanderas blancas y gansos del Nilo. Acto seguido comenzamos a remontar el arroyo Meaques, entubado bajo tierra en la parte final de su desembocadura en el río Manzanares, a la altura de la Huerta de La Partida.

Como tantos lugares poco frecuentados de la Casa de Campo, el recorrido pegado a la orilla del Meaques asombró a las “ballenas” que nos acompañaron. No solo por las palomas zuritas, ruiseñores, pico picapinos, verderones, pinzones vulgares y jilgueros que se dejaron ver, sino por la frondosa vegetación de ribera que se muestra en todo momento.

Ficus en Ávila y ballenas en la Casa de Campo

El remonte del Meaques se conjuga con una senda botánica donde destaca este roble melojo

Como Aver Aves también es un lugar donde compartir conocimientos entre todas las personas que se apuntan a las rutas, algunas “ballenas” aportaron información muy valiosa sobre plantas con las que nos topamos, como la saponaria, primera de la que se extrajo el jabón; Ulmus minur, nuestro olmo autóctono, el junco churrero y el roble albar. Fresnos, majuelos, encinas, robles melojos, gordolobos, retamas, pinos piñoneros, sauces… salpicaron el paseo de momentos botánicos intensos.

Y poco más. Que ya estamos animando a profes de colegios e institutos para que programen un Aver Aves para el próximo curso 2018-2019, y al resto de grupos de personas diversas a que sigan el ejemplo del Ficus y de Ballena Blanca, formen uno con ganas de aprender y compartir maravillas ornitológicas y salgamos a abrir aulas en los parques, para grandes y peques.

Infórmate sobre nuestras rutas para colegios, institutos y ampas por parques y jardines de la Comunidad de Madrid

Ficus en Ávila y ballenas en la Casa de Campo

Contacto: [email protected] / 617 47 80 17


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