El otro día leí no sé donde, que a la Caballa se la considera pescado de segunda, vamos que si estuviésemos hablando de fútbol, sería un equipo de División Inferior.
Seguramente se puede llegar a pensar eso, al ser un pescado que se encuentra con facilidad y tener un precio asequible. Evidentemente no es lo mismo que comprar un mero salvaje, pero oye, guardando las distancias y siendo frescas, a mí me gusta muchísimo.
De todas formas, los humanos somos así de tontorrones; con total seguridad si escasearan en nuestros mares, las pagaríamos a precio de Percebe y tan contentos.
Ya están llegando de nuevo al mercado, y con todo su esplendor. Por eso quería enseñarte una receta que aprendí el verano pasado, y como la repetí en varios ocasiones, puedo decir que se quedó como plato del repertorio habitual en casa. Me pareció tan sencilla y tannnn ricaaaa, que quería compartirla.
Por lo visto en la Costa Gaditana es un guiso bastante popular, aunque me consta que con la cantidad de Costa que tenemos la suerte de disfrutar en nuestro país, no es el único lugar donde se disfruta de estos guisos tan marineros.
La perfecta combinación de los ingredientes, junto a la tranquilidad de no encontrar espinas mientras vas comiendo el guiso, hace que te concentres en el sabor y lo disfrutes con los cinco sentidos. La hierbabuena en esta ocasión, es un elemento imprescindible, no la dejes atrás.
Te la recomiendo, si te gustan Las Caballas, te va a encantar.
Vamos al lío.
- Pondremos un caldero con agua, le añadimos una hoja de laurel y sal marina.
- Cuando el agua esté hirviendo, añadimos las caballas que estarán limpias de vísceras y abiertas por la mitad, pero con las espinas.
- Sólo las vamos a escaldar, un minuto es suficiente.
- Sacamos del agua y dejamos templar.
- Quitamos la piel y eliminamos espinas. Dejamos los lomos enteros y reservamos para añadir al guiso más tarde.
- El agua donde hemos cocido las caballas, lo colamos y reservamos también.
- Cortamos los pimientos en trozos pequeños.
- Los tomates los rallamos.
- Cortamos también la cebolla del mismo tamaño que los pimientos y reservamos.
- En un caldero, ponemos el aceite a calentar a fuego medio.
- Añadimos los pimientos y refreímos.
- Cuando estén casi hechos, incorporamos la cebolla.
- Esperamos un poco a que la cebolla esté transparente y añadimos el tomate rallado.
- Cuando la verdura esté refrita, añadimos el brandy de Jerez.
- Agregamos también las dos Cucharadas de tomate frito{si es casero mejor, yo no tenía}.
- Y el agua que teníamos reservada de haber cocido las caballas. La necesaria para cocer los fideos y que queden caldosos.
- Incorporamos los fideos con la rama de hierbabuena.
- Dejamos cocer a fuego bajo.
- Cuando queden cinco minutos para finalizar la cocción de los fideos, añadimos los lomos que habíamos reservado. De esta forma no se resecarán y quedarán en su punto.
- Lo haremos con cuidado, dejándolos sobre el guiso, sin mezclar.
- Tapamos.
- Rectificamos de sal y listo para servir.
- Si ves que queda muy seco, añade un poco más de agua.
Ahora, sólo queda disfrutarlo.
Fuente de la receta: Cosas de comé.
Otra receta de: Fideos con caballa {mi amiga Elisa es de Huelva y esa es su receta familiar}
Nos vemos en unos días.