Revista Cultura y Ocio

Fifty-fifty para Woody Allen, un día antes de volver a estrenar

Publicado el 24 julio 2014 por María Bertoni

Fifty-fifty para Woody Allen, un día antes de volver a estrenar

Afiche made in USA.

Treinta y siete páginas tiene la gacetilla que la distribuidora Sony Pictures colgó del micrositio montado para promocionar Magic in the moonlight, película de Woody Allen que se estrena mañana viernes en Nueva York. Datos técnicos de esta comedia romántica filmada en el sur de Francia, declaraciones del director y de los actores principales, curriculums varios y un adelanto excesivo de la trama conforman esta pieza de prensa cuya presentación coincide con la publicación de las primeras críticas que Rotten Tomatoes ya se encargó de agrupar.

“La fascinación de Allen por la magia data de su adolescencia, cuando intentaba aprender algunos trucos. Luego los magos se colaron cada tanto en el trabajo cinematográfico”. Con esta anécdota biográfica arranca la información sobre la ocurrencia de narrar una historia de amor entre rivales (o de rivalidad amorosa), que parte de la oposición entre la magia más bien tradicional (aquélla cuyos secretos son explicables) y el mucho más inasible espiritismo.

Éste último “hacía furor en los años veinte” cuenta la gacetilla que dijo Woody a propósito del pasado donde ambientó su nueva película. Una época sensible a los fenómenos sobrenaturales -en este caso, al contacto y comunicación con el más allá- constituye un buen caldo de cultivo para las inquietudes recurrentes del director neoyorkino en torno a la condición incierta o absurda de la vida o, dicho de otro modo, a las intervenciones del azar, de la magia, del destino y/o de algún factor paranormal.

A contramano de una sociedad abierta a las prácticas esotéricas (secuela de la Primera Guerra Mundial, quizás), el mago que encarna Colin Firth representa la mentalidad positivista que considera charlatanería toda empresa o discurso carente de sustento científico. “Me parece que nunca interpreté a un personaje tan antipático, casi por completo”, cuenta la gacetilla que dijo el actor británico, experimentado en varones a priori poco amables como el decimonónico Mr. Darcy de Orgullo y prejuicio y el semi tocayo -aunque a caballo del incipiente siglo XXI- Mark Darcy de Bridget Jones.

Woody Allen en pleno rodaje, escoltado por Emma Stone y Colin Firth.

Woody Allen en pleno rodaje, escoltado por Emma Stone y Colin Firth.

El esfuerzo de reconstrucción de época también amerita el testimonio de la diseñadora de vestuario Sonia Grande, que revela que la mayoría de la ropa usada por el elenco data de los años locos. “La encontramos tras una búsqueda internacional en París, Londres, Madrid, Roma, Toronto y Los Ángeles”, transcribió el autor la gacetilla.

Un día antes del estreno oficial, la gente de Rotten Tomatoes calcula que el 54% de las reseñas hasta ahora publicadas por la prensa anglosajona le bajó el pulgar a Magic in the moonlight. Lou Lumenick del New York Post, Todd McCarthy del Hollywood Reporter, Alan Scherstuhl del Village Voice integran la lista de críticos duros.

El mismo sitio especializado calcula, en cambio, que un 89% de “la audiencia” (presumiblemente los visitantes de este famoso reducto online) tiene toda la intención de ver la película. Los motivó algún principio de fidelidad o bien los elogios de Scott Foundas en Variety, de Rex Reed en The New York Observer, de Michael Phillips en The Chicago Tribune, de Chris Nashawaty en Entertainment Weekly, de Owen Gleiberman en la BBC, de Jordan Hoffman en Film.com.


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