En la fase inicial de la enseñanza las nuevas acciones aparecen de forma breve, por lo que tenemos que estar muy atentos para confirmarlas y liberar (si quieres saber más sobre CONFIRMAR y LIBERAR => AQUÍ) con rapidez al perro antes de que empiece a realizar otras conductas, y para
ello es muy importante el tiempo de presentación de la confirmación (timing): tenemos 2-3 segundos para reforzar la conducta.Una vez fijada una acción, a través de sucesivas repeticiones, debemos centrarnos en estabilzarla confirmando al perro cuando se muestre tranquilo durante la ejecución del ejercicio.
Se suele caer con frecuencia en el error de hacer que el perro mantenga un ejercicio largo tiempo y confirmar, y en ocasiones liberar, cuando empieza a mostrar inquietud y dudas (como si fuese una prueba de cuánto "aguanta" el perro el ejercicio). No se debe confirmar un ejercicio ya conocido cuando está inestable, ya que fijaremos ese estado. (Diferencias entre CONFIRMAR y RECOMPENSAR una acción => AQUÍ)
Podemos poner picos de dificultad de forma puntual para avanzar o consolidar algún ejercicio (QUIETO, VEN AQUÍ...), pero otro error que se suele cometer es tener al perro durante la mayor parte de la sesión de aprendizaje trabajando en su límite de eficacia generando estrés, una mala relación con las sesiones de aprendizaje (deben ser algo divertido), pérdida de iniciativa del perro e inestabilidad de las conductas aprendidas.
No es la continua dificultad lo que mejora la destreza de un perro, sino tener seguridad en que sus acciones pueden solucionar una situación:
"Esto se consigue poniéndole en situaciones que pueda solucionar aumentando la dificultad progresivamente, y sólo de forma puntual poniendo al perro en su límite de eficacia"Si quieres comentar este artículo o exponer tu caso, suscríbete al blog de forma gratuita y da tu opinión. ¡Te animo a participar!