Por razones de guerra entre Segeda, una poderosa ciudad celtibérica (la actual Mara, provincia de Zaragoza) y la república de Roma. Pero recordemos la Historia.
Segeda era la capital de los Belos, una tribu celtibérica cuyo territorio se extendía por varias provincias de la Serranía Celtibérica (Zaragoza, Teruel, Soria,…) Estaba amurallada y acuñaba moneda propia. Tan poderosa que el año 179 a.c. firmó un acuerdo de paz con Roma que respetaba su independencia a cambio del pago de tributos y el compromiso de no construir nuevas ciudades en el territorio.
Pero 25 años después, Segeda decidió ampliar sus murallas; Roma consideró que vulneraba el acuerdo de paz y se propuso atacar la ciudad a la mayor brevedad posible. Se requería un gran ejercito (el Senado romano lo estimó en 30.000 hombres) al frente del cual figuraría un cónsul, cargo electivo que se renovaba anualmente el primer día del año, el 15 de marzo (el año romano iba del 15 de marzo al 14 del marzo siguiente).
La preparación del ejército y su traslado bajo el mandato del cónsul requerían unos meses por lo que la guerra no podría comenzar antes del invierno. A efectos de que el ataque se produjera en verano, el Senado decidió cambiar el calendario, situando fin de año el 31 diciembre. Y así se ha mantenido desde entonces en el mundo occidental.
Segeda fue arrasada y poco tiempo después le tocó el turno a Numancia; Hispania pasó a ser territorio de Roma. Pero la fecha de Fin de año se la debemos a nuestros antepasados, serranos y celtíberos.
Lar-ami
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