Fin de ciclo
Empecé con “ ¡Oh , que bonitas que son las florecillas …de la guindilla!”
De ahí, pasé a : ¡Oh, que guindillas “verdes” más hermosas!
Lo siguiente fue : “ ¡Oh que preciosidad de tono rojo que se le han puesto a las guindillas!”
Continué con un : “¡Oh, voy a secarlas en ristra! Y ¡Qué mona me ha quedado la ristra!”
Y hoy acabo el ciclo…Con mi cosecha superlativa ( en cuanto a picante) de guindillas…
Mi cosecha se resume en dos potecitos. Dos.
Reciclados, eso sí: uno es de tomate natural de una pagesa del L’Empordà y el otro, contenía pimienta negra en grano. A ambos recipientes, les he escrito con un rotulador permanente todas las advertencias necesarias ( Warning, Cuidado, Ojo, Atención, Muy Picante, Hottest, etc…) y las instrucciones para salvar la lengua del comensal del fuego fogoso de mis guindillas ( hay que beber leche. La capsaicina es soluble a la leche ).
En uno de mis dos botes están las guindillas, sequitas, tal cual.
En el pequeñito, he preparado una pócima de aceite picante. Primero, he tenido las guindillas secas, envueltas en un paño mojado durante una hora, para poder cortarlas sin que se pulvericen en mis manos. Aceite de Oliva Virgen extra y, a esperar…La pócima requiere de un tiempo de reposo…
Ahora, a ver quién tiene valor de catarlas…
Si no hay (pimientos) para hacerlo, me quedan muy bien en la cocina, la verdad…
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure