Venecia… que ciudad tan maravillosa!!! Vengo encantado después de haber pasado un fantástico fin de semana en esta ciudad, una de las más bonitas y especiales de toda Europa. Nunca me cansaré de volver a Venecia y menos con las excelentes comunicaciones que tiene hoy en día. Es un destino de fin de semana ideal.
La ciudad está conectada por dos aeropuertos, el propio de Venecia, el Aeropuerto Internacional de San Marcos, y el Aeropuerto de Treviso, un pequeño aeropuerto situado a 20 km. de la ciudad. Ambos tienen una conexión cómoda y rápida con el centro de Venecia.
Al aeropuerto de Treviso vuelan varias compañías de bajo coste, entre ellas Ryanair. Aquí fue donde aterricé. No está conectado con Venecia por tren pero tiene dos compañías de autobuses que te dejan allí en menos de una hora. Las dos te cobran el billete sencillo a 10 euros y el de ida y vuelta a 18.
Dependiendo donde tengas el hotel te conviene coger una u otra. La compañía ATVO es ideal si te alojas en la misma Venecia ya que te deja en la Piazzale Roma, y la compañía Barzi es mejor si tu hotel está en Mestre. Esta última hace el trayecto por autopista por lo que es más rápida, sin embargo te deja en Venecia en una zona peor comunicada que la Piazzale Roma.
Tuve que alojarme en Mestre ya que desgraciadamente los hoteles de Venecia con precios asequibles estaban ya todos ocupados. Conviene reservar con antelación si no quieres tener que rascarte el bolsillo de verdad, especialmente en los meses en los que el tiempo acompaña cuando la ciudad se pone a reventar. Una muy buena alternativa es alojarse en Mestre.
Mestre está a 10 – 15 minutos en autobús de Venecia. También tiene conexión con tren. Es una ciudad tranquila y bastante agradable. Es una alternativa excelente ya que la relación calidad-precio de sus hoteles es mucho mejor que la de Venecia, y está tan bien comunicada que no supone ninguna molestia coger alguno de los autobuses que te dejan en la misma Piazzale Roma.
Hay básicamente dos zonas recomendables para alojarse en Mestre: cerca de la estación del tren o en el centro de la ciudad. La estación del tren tiene la ventaja de que los shuttle-bus de los dos aeropuertos paran ahí. Sin embargo prefiero la zona del centro. Es una zona llena de tiendecitas y terrazas donde puedes cenar o tomarte una copa. Me alojé en esta zona y la verdad es que me gustó mucho y no me importaría volver en futuras ocasiones.
Venecia es una ciudad relativamente pequeña, ideal para ser visitada en un fin de semana o en un par de días. Con dos días te da tiempo a patearte toda la ciudad y a visitar algunos de los palacios, museos, o iglesias más importantes de la ciudad. Además si te organizas bien también da tiempo a visitar algunas de sus islas colindantes. Las más populares y que se pueden hacer en una ruta de un día son Murano, Burano y Torchelo.
Lo primero que recomiendo hacer es comprar la Travel Card Venice que da acceso libre al transporte de Venecia (también el autobús de Mestre y las líneas de vaporetto que cubren las islas). Cuesta 30 euros para dos días (35 para tres). Es una inversión totalmente recomendable. El vaporetto, que vendría a ser el metro en cualquier otra ciudad, cuesta 7 euros cada vez que lo utilizas. Se puede comprar en la misma Piazzale Roma antes de iniciar la visita a Venecia.
Hay otras tarjetas como la Venice Card que te dan acceso a museos y atracciones turísticas pero que desde mi punto de vista no interesan para nada si visitas Venecia sólo durante un fin de semana.
Primer día visitando Venecia
El primer día lo dediqué a explorar la ciudad. Prácticamente me dio tiempo a verla toda y a visitar algunos de los monumentos y museos más importantes. Si solo tienes un fin de semana tienes que decidir entre pasearte por la ciudad o encerrarte en sus numerosos museos y palacios. Me tocó un fin de semana con un tiempo espectacular y preferí dedicarle menos a museos y más a pasear por sus calles y canales.
Lo que más recuerdo del viaje es la primera impresión que me causó el Gran Canal cuando lo recorrí por primera vez. La belleza de Venecia se manifiesta en su máximo esplendor a lo largo de su Gran Canal. Es una de las maravillas de este mundo que hay que disfrutar al menos una vez en la vida. Hicimos el recorrido completo desde la Piazzale Roma hasta la Plaza San Marcos.
En la Plaza San Marcos recomiendo visitar el Palazzo Ducale, la Basílica de San Marcos, subir al Campanile y disfrutar de la mejor vista panorámica de Venecia. Las tres son visitas imprescindibles. Lo que ya no recomiendo tanto es tomarse un café o una bebida en la Plaza San Marcos. Además de que te cobran la consumición a precio de oro los turistas se agolpan para hacer fotos en el Caffè Florian o el Gran Caffè Quadri. Personalmente no me gusta nada estar sentado en una terraza intentando disfrutar del ambiente mientras un grupo de turistas me tapa las vistas con sus cámaras de fotos.
Los alrededores de la Plaza San Marcos y el distrito de Castello bien merecen un paseo sin prisas. En esta zona me comí una de las mejores pastas que he probado en mi vida, y curiosamente no fue en ningún reputado restaurante si no en un take away. El sito se llama Alfredo´s Fresh Pasta to Go y se ha vuelto muy popular ya que te sirven una pasta artesanal y fresca que hacen ellos mismos en el momento. Te sirven la pasta en unos envases en plan cucurucho y te la comes por la calle. Una pasta realmente espectacular por 7 euros.
Para bajar la pasta nada mejor que un buen helado italiano. En el barrio de Castello recomiendo una de las mejores heladerías italianas de Venecia, La Mela Verde
Tras la comida me dirigí al famoso puente Rialto y me perdí por las callejuelas y canales de Venecia, que a fin de cuentas es uno de los grandes placeres de visitar esta fantástica ciudad. Visité los distritos de San Polo e Santa Croce y Cannareggio. En este último distrito está el barrio judío, para mí en cierta manera sobrevalorado. No le vi nada “especial”, y digo especial entre comillas, más allá de la belleza que caracteriza a toda Venecia. Es la zona que me pareció menos interesante pero aun así recomendable y de la que uno disfruta paseándose.
Después de un largo paseo cogí el vaporetto hasta la Galería de la Academia. Una pinacoteca con una de las colecciones más grande del mundo. Como en toda Venecia hay varios recorridos bien señalizados que te permiten visitar la ciudad sin necesidad de un mapa. En un acto de acopio del resto de energías que me quedaban seguí por uno de estos itinerarios señalizados que te pasean por los puntos más importantes del distrito del Dorsoduro hasta la Piazzale Roma.
En este recorrido pasas por una zona repleta de tiendas que venden máscaras venecianas. Muchas de estas tiendas están llevadas por artesanos que hacen las máscaras en la misma tienda cara al público. Una de éstas, bastante conocida, es Bluemoon Venice.
Para acabar el día cogí el vaporetto de vuelta a la Accademia y me bajé hasta la punta del Dorsoduro donde está la impresionante Basílica de Santa María della Salute. La intención era pasar a la otra orilla del distrito, disfrutar del atardecer en alguna de sus terrazas tomando, como no puede ser de otra manera, un aperol spritz, y cenar por la zona. La orilla del Dorsoduro con vistas al distrito de Giudecca es una de las mejores partes de la ciudad para pasearte cuando el sol se está poniendo y también para cenar.
Dorsoduro es una zona con un ambiente muy universitario y de gente joven. Para mí es la mejor zona para cenar bien a precios más que razonables o tomarse una copa. Toda la zona está llena de restaurantes, pizzerías y osterias. Una de los sitios más populares es el Campo Santa Margherita, una plaza con mucho ambiente donde se puede cenar o tomar una copa en alguna de sus terrazas.
Recomiendo dos sitios fantásticos para cenar muy cerca de Campo Santa Margherita. La Pizzeria Ristorante al Profeta, con un patio interior con su toque bohemio y romántico, y la Osteria alle Corti, un restaurante más fino y elegante (la cena sale entre 30 y 60 euros por barba), con una comida excelente, y también con un patio interior muy agradable. En ambos sitios conviene reservar mesa, especialmente en la pizzería el profeta si quieres cenar fuera en su patio. Si vas con pareja ambos son un triunfo seguro ;).
Segundo día visitando Murano, Burano, y Torcello
El segundo día lo dediqué a visitar las islas de Murano, Burano y Torcello. El vaporetto a estas islas puede cogerse en la misma Piazzale Roma.
La primera parada fue Murano, famosa por su producción artesanal de vidrio, especialmente lámparas, vasos, adornos, y artículos de decoración. Murano es un conjunto de islitas conectadas por puentes con apenas 6.000 habitantes. Como atractivos turísticos, destacan sus tiendas de vidrio (ideales para comprar algún regalito), su museo del vidrio, y una de las iglesias más antiguas de la laguna: la Basílica de Santa María y San Donato.
Burano, al igual que Murano es un conjunto de pequeñas islas conectadas por puentes. Con sus apenas 7.000 habitantes tiene como principales atractivos turísticos sus casitas de colores, la iglesia de San Martino con su campanario inclinado, y su producción de encaje de hilo. Es un placer pasearse por sus calles y el mejor sitio para comer de las tres islas.
Nada más llegar al embarcadero hay un puestecillo que sirven pescadito frito. Es ideal como aperitivo. Para comer recomiendo la “Trattoria al Gatto Nero” con su terracita en uno de los canales de la isla.
Después de visitar Burano también se puede visitar Torcello. Esta pequeña isla está a 5 minutos en vaporetto de Burano. Está considerada como la parte de Venecia más antigua habitada de forma continuada. En el pasado albergó la mayor población de la República de Venecia. Hoy apenas si está poblada. Desde mi punto de vista es la isla con menor interés de las tres. Destaca su catedral de Santa María dell’Assunta, la más antigua de toda la laguna de Venecia del año 639, y un asiento en mármol que se dice fue el trono de Atila de los Hunos (probablemente no sea más que una leyenda sin fundamento).
En total pasé dos días y medio en Venecia y me dio tiempo a explorar toda la ciudad y algunas de sus islas más visitadas sin prisas y sin agobios. Obviamente en un viaje de fin de semana si se quiere visitar las islas hay que dejar de lado la gran mayoría de museos, iglesias y palazzos (Venecia está plagada de todos ellos) para una segunda visita.