Hace muy pocos días nos encontramos la noticia dada por la Fundación Tripartita de que “Está previsto que a mediados del mes de diciembre se habilite el acceso que permitirá notificar acciones y grupos con cargo al crédito asignado a las empresas para el ejercicio 2010. En ese ejercicio, por lo tanto, no se establecerá periodo de carencia“. La noticia es digna de reseña por su trascendencia.
Imagen tomada de Flickr bajo licencia Creative Commons, autor "randywombat".
Para los menos iniciados, el período de carencia es (era) el período comprendido entre el día 1 de enero de cada año y el día en que la aplicación web de la Fundación permitia comunicar el alta de acciones, grupos y participantes. Los grupos formativos iniciados dentro de este período de carencia tenían la característica de que podían se comunicados a la Fundación en cualquier momento del año. Es evidente que estos cursos comunicados en cualquier momento del año quedaban exentos de las inspecciones in situ (sonrisa
). Dicho de otro modo, era el resquicio o la puerta falsa para dotar de flexibilidad a un sistema aún inflexible en ciertos aspectos y también para que los gestores sin escrúpulos (y sin sentido del riesgo) camparan a sus anchas con todo tipo de irregularidades.Digo dotar de flexibilidad a un sistema aún inflexible ya que existen modalidades de formación muy interesantes para las empresas que son incompatibles con el modelo de gestión. Por ejemplo existen ya magníficos proveedores de formación en idiomas que imparten clases por teléfono o por skype las cuales puedes “reservar” unas pocas horas antes de su inicio. Esto, que es un sistema serio, sin trampa ni cartón, con una enorme flexibilidad para el alumnado tenía una oportunidad cuando existía el período de carencia. Ahora, con el fin del período de carencia en las bonificaciones, este sistema está fuera de la posibilidad de bonificación como presencial y los usuarios deberán elegir entre tener disponible profesorado de idiomas 24 horas al día los 365 días del año inbonificable (insisto, al menos como formación presencial) o tenerlo bonificado las 50 horas al año que comprometiste dia a día y hora a hora con la Fundación con meses de antelación, y con el riesgo de incumplimiento de ese calendario que anunciaste.
En todo caso el fin del período de carencia en las bonificaciones tiene ventajas y no solo inconvenientes. Aumentar el control sobre las formaciones para evitar fraudes, dar el mismo tratamiento a todas las formaciones independientemente de su fecha de inicio, el propio esfuerzo de la Fundación por mejorar la prestación de sus servicios telemáticos son, a mi modo ver, grandes noticias. Yo particularmente doy la enhorabuena a la Fundación.