Final felino

No, no soy una puta. Me han ofrecido trabajar de escort, pero nunca he querido. Pero no te apures, no me ha molestado la pregunta. ¿Por qué iba a molestarme? No creo que se trate de una cuestión ética. Ser puta o no serlo. Cada una hace con su cuerpo lo que mejor le parece, o lo que puede. Yo no juzgo a nadie. Nunca he trabajado de puta, pero tampoco he tenido la necesidad. Si me viera sin otras opciones, ¿por qué no? Creo que sería capaz de poner la mente en blanco, abrir las piernas y pronunciar unas cuantas mentiras fáciles. Se hacen cosas bastante más sórdidas para trepar a los puestos de alta dirección, ¿no crees? Me gusta hacerme fotos, grabarme. Al principio usaba el móvil. Ahora tengo la réflex digital, con el trípode y el micrófono omnidireccional. Va muy bien. Poco a poco voy mejorando con el programa de edición. Pero no te preocupes, el negocio del porno casero no me interesa. Hay demasiada competencia y la imaginación se valora poco. Las imágenes que grabo son para mí. Bueno, para mí y para Whisky. No soy tan idiota como para compartir ese material con nadie, pero que cada una haga lo que le parezca. Las hay que les da por la calceta o por el patchwork, y otras hacen macramé con los pelos del coño. ¿Yo qué sé? Bueno, ahora que lo has mencionado, podría cobrarte algo. ¿Conoces el mercado? ¿Qué cantidad crees que sería justa? Es broma, no respondas. No vayamos a estropearlo ahora. Porque ha estado bien, ¿no? La verdad es que has sido un encanto, pero ahora necesito la cama para mí sola. Puedes ducharte si quieres. Tengo champú Johnson's para niños, que deja el pelo muy suave. Si usas perfume, que no sea el Jaipur. Lo siento, pero es mi favorito y queda muy poco. En la cocina hay naranjas, puedes hacerte un zumito y un café. Déjame tu número pegado en la puerta de la nevera y tal vez te llame. Cuando salgas, ten cuidado de que no se escape el gato. ¡Chao, gata!