En "Accionistas CaixaBank" sentíamos mucha más curiosidad por la recepción del ERE por parte de los empleados que por las condiciones económicas del mismo, puesto que desde el principio manifestamos nuestra duda a que se tomaran medidas muy perjudiciales para la plantilla. No creímos -aunque nos pudiéramos haber equivocado- en los terribles vaticinios iniciales de los sindicatos ni en las supuestamente "duras" negociaciones ya que, por experiencia, dábamos por alcanzado el pacto desde el principio y considerábamos la negociación un mero "paripé". CaixaBank y sindicatos siempre -repetimos, siempre- llegan a un acuerdo gracias a su buena sintonía.
El dato que, sin embargo, nos parecería muy revelador es el número de solicitudes de adscripción al mencionado ERE: 867. De nuevo, tal y como sucedió en 2013, se han apuntado al ERE más empleados de los necesarios.
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¿Qué lectura tiene que en los dos EREs la demanda para dejar la Entidad haya sido superior a las plazas ofertadas? ¿Es esto un buen indicador?
Como sucede en el ámbito político, cada uno interpretará según le convenga. Unos aludirán a las inmejorables condiciones ofrecidas y otros al descontento de la plantilla. Sin embargo, los hechos son los que son y, tanto en 2013 como en 2015, el ERE ha sido muy bien recibido por la plantilla. Parece que trabajar en la Entidad compensa (tal y como afirman desde CaixaBank) pero -a pesar del alto nivel de desempleo- a algunos no les compensa lo suficiente como para quedarse. Es de destacar que el interés por abandonar la Entidad no ha alcanzado el sorprendente nivel de 2013 pero continúa siendo más que significativo.
Tratándose de una cuestión de oferta y demanda, algunos podrían pensar la Entidad está pagando más de lo necesario. Ese posible "plus", no obstante, sin duda contribuye a evitar reacciones de la plantilla que puedan acabar en movilizaciones u otros actos que podrían acabar provocando titulares no bien recibidos por la Entidad. Por lo tanto, de ser éste el escenario, creemos que todos tienen motivos para estar contentos.
Un posible malestar de la plantilla nos parecería mucho más preocupante puesto que éste se acabaría reflejando en el futuro en la relación con el cliente. Un empleado descontento generalmente no es el mejor ingrediente para conseguir alcanzar las ambiciosas metas de crecimiento o altos índices de calidad. De ser éste el caso, si la plantilla está realmente descontenta, la Entidad debería plantearse si su política de personal puede estar provocando un problema a largo plazo, aunque a aquellos que sólo piensen en las cifras de ventas y tengan una mentalidad cortoplacista probablemente les dará igual.
Desde Accionistas CaixaBank teníamos intención de examinar jurídicamente el ERE, puesto que la Justicia ha anulado ya varios de éstos. Incluso, el hecho de que CaixaBank sea asesorado en materia laboral por el bufete Sagardoy, protagonista el ERE fallido más sonado del país (CocaCola Iberian Partners), nos animaba todavía más a hacerlo. No obstante, hemos cambiado de opinión por considerar que no tiene mucho sentido hacerlo cuando la demanda para salir de la Entidad ha vuelto a ser tan alta y, por lo tanto, se trata de un ERE bien recibido por la plantilla.
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