Revista Ciencia

Finanzas sostenibles y banca ética. ¿qué son y qué no?

Por Yve Ramírez @ecocosmopolita

Es una pena tener que escribir un artículo sobre la banca ética. Porque eso quiere decir que no son “lo normal”. Igual sucede con un concepto muy afín, las finanzas sostenibles, son modelos financieros muy cercanos “alternativos” y “secundarios” en el mundo de hoy.

El día en que podamos quitar los adjetivos “ético” y “sostenible” de estos términos, contaremos con una distribución de la riqueza más justa, habremos acabado con la explotación social y el crecimiento económico irá de la mano del desarrollo sustentable.

Mientras más personas apostemos por esas finanzas sostenibles y, por favor, también éticas, más cerca estaremos de esa realidad.

Sin dudas, el primer paso es comenzar a entender el sistema económico en el que vivimos y hacia el que queremos caminar. Espero que esta breve guía te ayude a acercarte, con un poco más de confianza, hacia este cambio.

Y comenzamos con un breve vídeo.

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¿Cómo funciona el sistema financiero?

Resumiendo mucho, el sistema financiero hace de intermediario entre dos grupos:

  • Ahorristas e inversores, que confían su capital a la entidad.
  • Prestatarios, que necesitan financiamiento para una actividad determinada.

Es decir, cuando ponemos nuestro dinero en una entidad financiera, ésta lo invierte (en forma de préstamos) para ganar beneficios. Ahí es donde hace negocio la entidad.

Por eso tenemos que ser conscientes de que nuestro dinero siempre está financiando algún sector de la economía

No importa si tienes una cuenta de ahorros con muchos ceros, o si tu dinero va a una cuenta bancaria que se queda vacía a final de mes.  De hecho, una fuente importante de ingresos de una entidad financiera está en servicios de cobros y pagos. Por eso ponen tanta energía en que domicilies tu nómina y gastos habituales en sus entidades.

Además de los bancos, forman parte del sistema financiero las cajas de ahorros (hoy prácticamente desaparecidas en España), las cooperativas de crédito, las empresas aseguradoras, los mercados financieros como la bolsa, y también las sociedades de garantía o las sociedades de capital de riesgo, por ejemplo.

Con tu seguro de salud, tu nómina o tus ahorros, estás ayudando a financiar la entidad que te presta servicios financieros y, así, las empresas en las que ésta invierte. 

El problema es que, actualmente, detrás de esas entidades hay un sistema muy complejo que no suele dejar ver quién está del otro lado, formando parte de una cadena de fondos de pensiones, empresas, fondos de inversiones y un largo etcétera.

Tal como sucede con los procesos de producción, hay demasiada distancia entre la ciudadanía y el eslabón del extremo opuesto de la cadena. En definitiva, de quien que se beneficia de nuestras decisiones. En el sistema financiero tradicional, los particulares que hacemos uso de sus servicios, estamos demasiado lejos de las personas que toman las decisiones financieras.

Al final, las decisiones las toman quienes acumulan más capital, es decir, quienes tienen más dinero. Los bancos dejan de ser un medio al servicio de la sociedad en su conjunto, para velar por los intereses de quienes tienen mayor poder de decisión.

El poder del sistema financiero

En nuestros tiempos el sistema financiero marca, en cierta forma, la dirección en la que se mueve nuestro mundo. Porque el apoyo e impulso de las instituciones financieras es una pieza indispensable del orden económico.

Así, hablamos de un sistema que tiene grandes fallos:

  • Contribuye con los problemas ambientales.
    Al poner el beneficio económico como única brújula, se “sacrifica” el medio ambiente. Como si agotar los recursos naturales o alimentar el cambio climático  no tuviera un impacto económico. Es una visión más bien cortoplacista, que afortunadamente comienza a cambiar lentamente. ¡Pero cuánto nos queda por andar en este sentido!
  • Favorece la desigual distribución de la riqueza:
    En nuestros tiempos, pocas manos concentran la mayor parte del capital mundial. Se estima que hoy la mitad de la población posee menos del 1% de la riqueza total, al mismo tiempo que el 1% más  rico concentra el 45% de la riqueza mundial. Si analizamos el 10% más rico de la población, vemos que concentra el 82% de la riqueza mundial. (datos del Informe Anual de Riqueza 2019 del Credit Suisse Research Institute).
  • No responde a las necesidades globales, ni contribuye con el bienestar de las personas.
    Los sectores tradicionalmente más rentables están, contradictoriamente, muy alejados de las necesidades reales de la sociedad en su conjunto. Así, nos encontramos con una incompatibilidad entre los criterios de maximización del beneficio económico y de necesidad social.

Este modelo no es sostenible, en el sentido más literal de la palabra: prolongarlo en las condiciones actuales sería un desastre, tanto en términos sociales, como ambientales y también económicos. De hecho, nos está llevando a pasos agigantados hacia un agotamiento de los recursos naturales y está acabando con el bienestar social no solo de hoy, sino también de las generaciones futuras.

¿Qué mundo financiamos con nuestro dinero?

Cada vez que compramos un producto, estamos financiando la empresa que lo produce y todo lo que hay detrás de ella. Hemos hablado de eso muchas veces.

Así mismo, cuando contratamos un servicio financiero, también estamos influyendo en la dirección hacia la que avanza nuestro mundo. Y esta puede estar drásticamente alejada de nuestros principios.

Por ejemplo, hay sectores de la economía un poco o muy oscuros, que tienen una rentabilidad muy alta y, por lo tanto, a ellos van corriendo las entidades financieras (con nuestro dinero). Entre estos destacan:

  • Combustibles fósiles y otras empresas muy contaminantes.
  • Tabaco y alcohol.
  • Producción y venta de armas. (en la gráfica las principales entidades españolas que invierten en armas).

En la gráfica, puedes ver las entidades españolas con mayor participación en la industria armamentística.

Banca ética
Banca armada española. 2013-2018. Fuente: Informe Banca Armada Española 2019. Centre Delàs.

Ser conscientes de esta realidad nos puede dar un enorme poder: el poder de decidir el mundo que queremos potenciar.

Por eso, así como intentamos reducir la basura que producimos, escoger productos ecológicos, comprar las pequeñas tiendas de nuestro barrio, es importante revisar también nuestras finanzas y, siempre que esté a nuestro alcance, apostar por las finanzas éticas.

¿Qué son las finanzas sostenibles y la banca ética?

La banca ética es aquella que, además de los aspectos económicos, tiene en cuenta el impacto ambiental y el social de una inversión. Es decir, aquellas finanzas que apuestan por inversiones con rentabilidad a largo plazo en actividades que promueven un crecimiento sostenible y que favorecen el bienestar de las personas.

Desde mi punto de vista, los términos finanzas sostenibles y banca ética deberían ser sinónimos. Porque no podemos hablar de una sostenibilidad real, si esta no va de la mano de la ética.

Sin embargo, el concepto de las finanzas sostenibles puede ser interpretado con una visión mucho más limitada que el propuesto por la banca ética. Es lo que, a los ojos de Fiare Banca Ética, hace la Unión Europea.

Así lo declara Fiare Banca Ética en un comunicado de prensa que hace referencia al reglamento europeo que entra en vigor el 10 de marzo de 2021.

En este reglamento, “relativo al establecimiento de un marco para facilitar las inversiones sostenibles“, se lee que el objetivo del mismo es establecer un mercado que de impulso a un “crecimiento económico equilibrado” y orientado a la protección del medio ambiente.

En el comunicado de Fiare, se hace un repaso de las diferencias entre la definición de finanzas éticas que se desprende del reglamento, y la banca ética, tal como es interpretada a nivel internacional.

Te lo resumo en este cuadro, más que nada, para que te ayude a “abrir los ojos” cuando te hable de finanzas sostenibles y a distinguir si estás frente al enfoque limitado de la primera columna, o el enfoque ambicioso y global de la segunda columna.

Finanzas sosteniblesBanca ética

La sostenibilidad es un objetivo secundario frente a la maximización de beneficios económicos. Se busca el beneficio económico con la finalidad de lograr máximos beneficios para las personas y para el medio ambiente.

No se cuestiona la especulación financiera, la creación de burbujas y la generación de inestabilidad.Se enfoca en una economía real, que pueda tener una repercusión en la sociedad, y que fomente la inclusión financiera de las personas en situación de vulnerabilidad.

Se enfoca en la creación de “productos financieros sostenibles” con una perspectiva parcial, que no mira el sistema en su conjunto.Tiene una visión holística, y busca la transparencia, la responsabilidad ambiental y la responsabilidad social, en todo el conjunto de sus actividades.

Se contemplan criterios de transparencia solo a nivel de producto. No hay controles que evitan la opacidad del sistema financiero, y es compatible con el sistema de “sociedades en cadena”. Se asegura transparencia y la participación tanto en los productos financieros como en la globalidad de la gestión de la entidad financiera. Además, se establece una horquilla máxima de salarios, entre otras cosas.

Visión de parcializada de la sostenibilidad, enfocada casi exclusivamente en criterios medioambientales, Se valora la sostenibilidad con criterios tanto sociales, como ambientales y de gobernanza, además de todos los otros factores mencionados.

Actúan como grupos de presión para asegurar sus propios intereses frente a las decisiones de los legisladores.Fomenta una visión crítica del sistema financiero imperante

En la visión de las finanzas sostenibles del nuevo reglamento se mantiene el status quo, con todos sus fallos.La banca ética busca una transformación social, y promueve modelos inclusivos y responsables.

¿Cómo marca la diferencia la banca ética?

  • Busca la rentabilidad pero respetando unos principios éticos y en coherencia con sus propios valores. Es decir, busca un equilibrio entre los criterios de inversión y las necesidades de la sociedad.
  • Se compromete la gestión transparente y responsable del dinero de las personas ahorristas.
  • Generalmente es un modelo financiero de menor escala, lo que permite una mayor proximidad entre todos los actores. Por eso suele ir vinculada a la participación ciudadana.
  • Contribuye con una economía real y productiva, que la vincula a los procesos de transformación de la sociedad, y huye de una economía de la especulación.

Al apostar por la banca ética, ayudamos a nuestras sociedades a avanzar hacia una economía más verde, sostenible e inclusiva. Es decir, una economía capaz de afrontar de la mejor forma posible los retos ambientales y sociales de nuestros tiempos, cambio climático y pandemias incluidas.

¿Qué podemos hacer?

Para comenzar, debes saber que tienes todo el derecho de saber cuáles son los sectores a los que va el dinero que inviertes en cualquier producto financiero. Así que el primer paso es informarte. ¿Cómo hacerlo?

  1. El primer paso, es buscar información:
    • Acércate a tu banco y pide información sobre sus inversiones.
    • Lee con atención la información sobre los fondos de inversión con los que trabajas
    • Analiza cualquier empresa en cuyas acciones pudieras invertir.
    • Interésate por los sectores en los que invierte tu aseguradora
      Esta primera etapa puede ser un poco frustrante pero es importante, aún cuando no tengas éxito: le harás saber a esa entidad que es un tema que le preocupa a sus clientes. Asegúrate de que esto quede claro.
  2. Investiga un poco a través de Internet (te dejo algunos enlaces al pie.
  3. Si no te gusta lo que averiguas, busca otras alternativas.  Escoge una entidad de banca ética y da un paso adelante en tu compromiso con el planeta (pronto te hablaré también de las alternativas).

Dónde saber más

Y algo más antes de terminar, no desesperes. Puede que ahora mismo te parezca imposible escapar de esta banca manchada de petróleo, pólvora, y hasta sangre. Pero estoy preparando un artículo recopilatorio sobre las distintas alternativas de banca ética disponibles en España que verás muy pronto en el blog.

Así que si trabajas con alguna entidad de banca ética, no dejes de contarnos tu experiencia y puede que acabes formando parte del próximo artículo. ¡Nos vemos la semana que viene!


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