Hace unos días, de camino al taller, vimos esta monería en una cuba de obra. Un pequeño especiero (suponemos, por la marca) de plástico blanco, con más mugre que otra cosa, pero con infinitas posibilidades (pero nada de especias, que nosotras de cocina, poco). Mejor usarlo para colocar las lacas de uñas, o botecitos con brochas de maquillaje... A saber... No nos decidíamos por nada y empezamos a trabajar.
Por lo pronto, limpiar a fondo y una manita de pintura. Volvimos a elegir la de spray, que en el plástico se adhiere mejor y seca muy rápido.
¡Momento decoración! ¿Qué porras le ponemos...? Botones mismo... De esos que vienen de repuesto con la ropa y que nunca hemos tenido que usar (qué os apostáis que mañana los necesitamos...).
¡A pegar, se ha dicho! Silicona caliente y nuestro libre albedrío.
¡Tatachán! Al final un portacartas para el taller, que nos encanta cómo ha quedado y lo disfrutamos las dos.
Con este finde frugal cortesía del azar, participamos de nuevo en la convocatoria del blog de Marcela, Colorín Colorado. Nos vamos a ver al resto de los participantes, que siempre aprendemos algo nuevo. ¡Feliz fin de semana!