Hay quien pide vuelos sin niños, y hay quienes prefieren que éstos no estén ni cerca de sus casas. Sí, no es ninguna broma, en el pequeño pueblo de Firhall ( Escocia ) están prohibidos los niños, como quien prohíbe la entrada de animales a su tienda. Lo cierto es que la idea no es tan mala, ya que lo que buscan sus habitantes es la tranquilidad que cualquier pueblo, con niños llorando, voceando y jugando en sus calles, no tiene.
Esta prohibición ha causado cierta polémica entre los distintos pueblos de las Highlands, que los han tildado de “ogros que odian a los niños”. Sin embargo, los pequeños no son los únicos que están prohibidos. Los residentes tampoco podrán tener patos, palomas, criar conejos u abejas. Los perros, en cambio, sí que están permitidos, aunque únicamente uno por familia.
Si la idea te motiva, que sepas que no tener niños no es el único requisito que tiene ese pueblo para vivir en él. Pues, para mudarse a Firhall, será necesario tener más de 45 años, esto igual es por si sin querer acabas quedándote embarazada. Los niños sólo están permitidos si son nietos o hijos de amigos que estén de allí únicamente de visita, aunque también hay un límite, no podrás recibirlos todos los días.
Es curioso porque, algunos de los fundadores de este peculiar pueblo han acabado vendiendo sus casas cuando sus hijos les han dado nietos, ya que con tanta restricción los abuelos apenas podían hacer sus funciones como tal.
Lo cierto es que, a pesar de tanta prohibición, Firhall, que fue fundado hace unos 9 años, es un pueblo increíble: hay campos de golf, parques, las viviendas son baratas y está en plena naturaleza. ¿Puede haber un lugar más aburrido? Lo dudo... que lástima, ya que es súper bonito.
Para más información, no os perdáis la página web del pueblo.
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