Revista Cultura y Ocio
La música es del aire es, definitivamente, un espacio que no para de darse gustos. Esta vez, tuvimos el agrado de reunirnos con (los siempre presentes en este sitio) Flopa Lestani y Ariel Minimal. Su novísimo disco La piedra en el aire fue la excusa fundamental de esta charla que les presento, que se dio en la relajada previa de su show en el bar Ultra el pasado jueves (parte de un ciclo que se repite todos los jueves que quedan de mayo, o sea, el 17, el 24 y el 31). Pudimos comprobar que la naturalidad de su música es también la cualidad primordial que tienen como personas: se rieron y nos hicieron reír bastante, recordando detalles de la composición y grabación del disco, así como proyectos varios; truncos y futuros.
Aquí les va.
Texto: Tucho
Fotos: Madi Elorza (primeras dos) y Javier López Uriburu (últimas dos).
LA PIEDRA EN EL AIRE: LA VAQUITA
¿De quién de los dos fue la idea de hacer el disco?
Flopa: De él obviamente. Yo, para hacer un disco... me tienen que poner una pistola en la cabeza.
Minimal: No lo digas dos veces, eh... (Risas).
¿Por qué te cuesta grabar?
F: Porque soy un poco fóbica, qué sé yo, no sé. Él tiene pocas pulgas, viene y me dice “vamos a grabar” y vamos a grabar, sí.
¿Pero la fobia a qué es, al estudio?
F: ¡Bueno, no vamos a hacer una sesión de terapia tampoco! (Risas). La respuesta corta era ésa. La idea fue de Ariel.
¿Y el tema de hacer la "vaca", cómo surgió?
M: Eso lo charlamos, no surgió de ninguno en especial. Existe el crowd-funding como método y tenemos un amigo que conoce al dueño de una página bastante importante del tema, que se llama Idea.me y que quería hacer algo con nosotros. Y no es por desconfiados ni nada pero nosotros preferimos hacerlo directamente por la nuestra, en una escala más pequeña, no que pueda poner plata cualquier persona del mundo en una cuenta de banco sino que “vení y dame los cien mangos”. Nos pareció que nosotros mismos lo podíamos hacer y manejar. Dicho y hecho.
Y en el “show vaquero” recibieron el dinero ustedes, directamente.
M: Exacto, recibimos el dinero nosotros. Nosotros hicimos el disco, lo llevamos a la fábrica y la gente después lo fue a buscar adonde les dijimos. No queríamos que quede nada suelto en el medio y de este modo funcionó.
F: Igual hay un montón de cosas libradas al azar... (Risas).
¿Y se esperaban esa respuesta, tan rápida?
F: Pensábamos que sí, que íbamos a poder hacerlo. Pero no tan rápido, explotó todo en un par de días y estuvo bueno: terminaron siendo más de 100 (nota: el número de personas que pedían para que financie el disco) y menos de 200.
M: Número exacto: 168 personas. Juntamos 16800 pesos.
¿Se fueron de viaje con el resto? (Risas)
M: ¡De putas nos fuimos! (Más risas). No, nos gastamos alrededor de 11 lucas, un poco más te diría...
F: Más, porque de ahí pagamos diseño y técnica, no sobro mucha plata al final.
M: ¿Tenemos el número exacto, o no? Yo te hago la rendición financiera como productor del corazón... ¿Cinco lucas sobraron?
F: No, ¡menos! Tres lucas sobraron.
M: Bueno, eso. Tres lucas que las tenemos ahí guardadas y ya se está juntando con la plata que hacemos ahora vendiendo el disco. Todo eso va a servir para que ella fabrique un disco suyo y yo uno mío.
¿Reeditarán algún disco de los que ya sacaron?
M: Sí, creo que sí. No sé, estoy viendo si capaz saco algo nuevo, voy a ver. El año pasado subí cuatro jarcóres a Facebook y ahora voy a ver si subo algo más, cuando junte veinte capaz que los meto en un disco.
LA PIEDRA EN EL AIRE: COMPONER, GRABAR
¿Lo de grabar La piedra en el aire sólo acompañándose de sus guitarras se da por una búsqueda de espontaneidad, o simplemente porque ustedes cuando se presentan en vivo tocan así?
M: No había que darle espontaneidad en realidad, somos espontáneos y el disco era espontáneo desde el vamos. Las canciones fueron compuestas en un rato, lo grabamos en otro rato y dijimos “pidámosle plata a estos" en otro rato. Salió todo así, no es que teníamos que darle el toque espontáneo casual, era realmente lo que pasaba. La idea fue de la vida, es así y tocamos siempre así.
F: Coqueteamos con la idea de meterle más cosas, que por ahí lo hagamos en algunos temas en vivo, de meterle banda (bajo y batería). Hay temas que lo piden y estaría bueno hacerlo. Pero bueno, si bien hay cositas en algunos temas que agregan colores, queríamos mantener la idea de dúo, las canciones como las hicimos nosotros dos.
Además, quizá a la hora de tocarlas no siempre se puede contar con tanta gente para que las lleve al vivo.
M: Y no nos interesaba. El vivo nos interesa mantenerlo así. Viene el Checho (Marcos) que es amigo y está por acá y toca la armónica. Pero no queríamos generar un despliegue: al contrario, queríamos mantener la unidad básica.
¿Y el tema de componer juntos cómo fue? Porque nunca habían hecho temas juntos, en Flopa Manza Minimal hay cuatro temas de cada uno.
M: Habíamos hecho la letra de La canción del tren con ella y con Gabo para uno de mis discos solistas, pero canción-canción nada más. Y ahora fue como un ejercicio realmente, de decir “bueno, hagamos una canción de la nada” y empezar a tocar y a escribir un poquito cada uno. Así fue como salió el 80 por ciento del disco, sacando un par de temas que son de ella, uno que es mío y otros dos que son con Manza, los más viejos.
Todo lo demás es a dos manos, no es que uno llego con una letra comenzada y el otro la completó.
M: No, se componía en el momento, nadie traía algo de la casa.
F: El único así fue Es invierno, que a mí me faltaba un pedacito y él lo completó...
M: Sí, y lo terminamos firmando los dos aunque básicamente es un tema de ella. Después, todos los otros temas firmados por los dos realmente salieron por los dos en el momento, nadie traía una idea dando vueltas de la semana, o de estar coqueteando con unos acordes; ni en pedo: terminábamos el ensayo y salía algo. Y las compusimos en un par de meses.
Grabar fue un paso rápido, ¿no?
M: Se grabó muy rápido, en un día...
F: En realidad fuimos tres veces, tres noches: una noche grabamos las guitarras, otra las voces y la otra el resto de los detalles que se escuchan.
M: Y los temas que habíamos subido del EP (Reducción de daños) son las mismas versiones. Yo particularmente no quería grabar más de vuelta, me gustaba respetar esas versiones. Para grabar una versión con la misma tónica, con ésas estaba perfecto, no es que estábamos grabando una versión con orquesta. No quería toquetearlas, por más que el audio fuera diferente o lo que sea, prefería que queden esas que estaban bien.
¿La letra de Las ruedas que te llevan tiene algo de declaración de principios respecto de lo que ustedes hacen? Eso de no perseguir lo que va rápido...
F: La verdad, creo que las letras tienen bastante poca intención de carga. La rapidez con la que hicimos las cosas les da esa inmediatez, eso de que muchas veces ni sabemos de qué estamos hablando y por ahí después nos fueron cayendo fichas y las vamos interpretando.
M: Y el hecho de escribir en sociedad también te lleva a una cosa poco dirigida porque no es que charlábamos sobre qué queríamos escribir: escribíamos. Entonces uno tiraba una frase, el otro tiraba otra y las cosas iban para lados distintos, se iba torciendo la canción, no tenía una cosa apuntalada.
F: Teníamos frases que nos daba vergüenza decir, y el otro capaz te decía “largalo”.
M: Las letras son casualidades, accidentes hermosos, porque ninguno de los dos podría haberlas hecho solo. Eso es lo lindo del proyecto y lo hace único, es hasta único de ese momento porque no podríamos hacer otro disco igual ahora.
F: ¡Tocaríamos mejor los temas ahora! (Risas).
M: No, en serio, estamos tocando mejor las canciones ahora que cuando los grabamos, porque en ese momento estaban muy frescas.
F: Incluso, las primeras veces, lo bueno era el vértigo de que no sabíamos ni cómo se llamaban los temas.
M: Yo hasta que no empiezo a cantar no sé cuál es cada tema, recién ahora vamos aprendiendo los nombres. Realmente fue todo muy casual. Lo que teníamos -o por lo menos yo tenía- era una férrea determinación de seguir adelante el proyecto, incluso a costa de pelearme con Flopa (cosa que ocurrió). La única certeza que tenía era que había que hacer el disco, que iba a estar bueno. En el medio discutimos, pasaron millones de cosas pero no teníamos nada cierto, todo estaba por verse y negociarse: las palabras, los acordes, ¿entendés?
¿Ahí se pelearon, componiendo?
F: No, componiendo no, en lo musical no.
M: Fue un virus de estudio. ¿Viste las infecciones intrahospitalarias? Bueno, acá fue un problema que pasa en los estudios.
¿De la señora o de los dos?
M: No, de los dos, es un problema entre los dos. Yo soy muy impulsivo.
F: Y yo soy muy meditabunda... y armamos el ring. Pero acá estamos.
M: Una semana titiló el disco, tuvimos un enrosque en el medio de la grabación.
F: ¡Yo sólo te dije “no me hables por un rato”! (Risas).
M: ¿Pero el rato cuánto duró? ¡Una semana! (Más risas).
F: No, tres días. Bueno, che...
M: Pero pelea de pareja fue, ¡así! “No me hablés por un rato vossss” (poné tono de ofendido).
¿Y no respondías llamados, nada?
F: Él comprende, si le digo “no me hables por un rato”, no me habla por un rato.
M: Para qué la iba a llamar, olvidate. Pero bueno, salió eso y el disco es muy de los dos. O ni siquiera de los dos: es de... “esa cosa” (Risas).
PASADO Y FUTURO
¿Cómo se conocieron?
M: Alejandro Lingenti, un amigo en común, me pasó una grabación de ella del año 2000.
F: Grabados en una sala, eran como veinte temas, ponele.
M: Y bueno, yo lo escuché mucho eso, así conocí su música. Conseguí el teléfono de algún lado y la invitamos a tocar. Manza me había invitado a tocar a mí primero y ahí la invitamos a ella también, a esta piba. Y así nos conocimos, estuvo bueno... Todo lo que ocurre es porque pasa, acá no están Pinky y Cerebro queriendo dominar el mundo. Ahora sabemos que podemos hacer las cosas juntos y está bueno, puede ser que a la gente le guste y eso pero sigue siendo algo casual de algún modo, no hay un plan determinado atrás.
F: Aparte, cuando planeamos algo se va para cualquier otro lado, termina siendo otra cosa.
Digamos que, como “proyecto”, no se sabe qué futuro puede tener.
F: Qué sé yo... hacer cosas mientras nos divirtamos y listo. No sé si lo vamos a estar haciendo constantemente.
M: No es que estamos haciendo una “carrera”, que la tenemos que defender y aunque no nos guste tenemos que ir igual. Sinceramente, esto que pasa es así, mientras sigan saliendo cosas bellas seguirá.
¿Y qué lugar creés que ocupan dentro de la escena under? Por lo que dicen de esa espontaneidad y demás, siendo ustedes músicos muy escuchados por colegas, por ejemplo.
M: ¿Qué lugar? Fila 8, asiento 14 (Risas). No sé, el de Tan Biónica debe tener más gente que lo escucha y debe ser influencia para más gente. O no, eso no lo sé. Hablo de Tan Biónica por hablar de algo completamente detestable, que no me gusta. Pobres pibes, no los conozco, deben ser buenos pibes...
F: Yo prefiero tocarle el corazón a cien tipos y no el pelo a un millón.
M: Yo prefiero tocarle el culo a un par de chicas antes que conocer a cien tipos. Son decisiones (Risas).
Flopa, vos venís tocando canciones que no están editadas hace muchos años...
M: ¡Debe tener un par de discos! ¿Tenés un veinte así guardado?
F: Sí, tengo.
M: Yo le dije mil veces que le armaba bandas para grabar discos con lo que ella quiera.
F: (Ofendida) ¡Ya las voy a grabar!
No la presionemos...
M: No la presiono, pero a mí también me desespera eso. Tiene temazos, temas que a todos nos gustan desde antes de grabarlos.
F: ¡¿Sabés los años que tiene Mi cámara?!
M: Es una cámara vieja, ¡una polaroid!
F: Pero bueno, me pasa eso, soy medio guardona y también me encanta que hay un tema que tiene quince años y yo lo muestro hoy y es como si fuera de ahora. Tengo muchos temas guardados, qué sé yo... el martes lo hablo en terapia y veo.
M: ¡Te puedo armar un par de bandas! ¡Un disco doble!
F: Yo nunca tuve problemas para rodearme de gente y hacer las cosas, el tema es que tengo que tomar la decisión de hacerlo, en algún momento lo voy a hacer.
La otra vez que hablamos, me habías contado de un proyecto con Litto Nebbia, Emilio del Guercio y otra gente, que los incluía a ustedes dos. ¿Qué pasó con eso?
F: Sí, con Gabo, Roque Narvaja... No paso nada con eso, al final.
M: Se diluyó. Hubo unas reuniones en las que se grabaron algunos temas, uno salió ahora en un disco triple de Litto el año pasado, un tema que estamos con Litto y Emilio cantando. Eso fue de una única reunión que hubo, pero no se hizo. Fue un lindo deseo pero no pudo ser.
F: Fue buenísima la reunión esa, al menos.
M: ¡Y qué groso, tengo un tema grabado con Emilio del Guercio y Litto Nebbia!
¡Ya no te queda tocar con nadie!
M: Sí, cómo que no, con tantos... Sandra Mihanovich por ejemplo. Queríamos que cante en La máquina de hacer todo mal, Flopa se contactó por mail y hubo buena onda pero después no concretamos el acercamiento por nuestra prisa...
F: Sí, tuvo buena onda y me dijo “yo escucho lo que quieran”, pero quedó ahí.
M: Tenemos la fantasía de invitarla a que cante La máquina de hacer todo mal y hacer juntos el tema ese Me contaron que bajo el asfalto. En algún momento lo vamos a hacer; está bueno tener fantasías por cumplir.
Aparte, La máquina… es un tema que parece hecho para ella.
M: Impresionante. Es melodramático, como El almaherida.
¿Y vos, Ariel? ¿Tenés proyectado grabar próximamente?
M: Hay que grabar, te sentás un día y grabás. No es tan difícil, me parece. Es algo que yo pensaba desde mi propia experiencia de algún modo, y después lo certifiqué cuando toqué con Litto. Si lo podés hacer, si tenés tus cosas, vas y grabás. Lo tomo de ese modo, no me parece nada extraordinario, es natural. Un panadero hace todos los días tres tandas de medialunas: a la mañana, a la media mañana y a la tarde. Y yo hago eso, no es más extraordinario que eso. De ninguna canción mía yo digo (pone voz de canchero): “Con esta canción he unido parejas, ha habido orgasmos y hubo paz en el mundo”. Es una estupidez.
F: Son canciones, está bien...
M: No les tengo miedo o respeto a las canciones.
¿Y grabás todos los días?
M: No, no, ahora por ejemplo no. Pero lo hago cuando tengo ganas. A lo que voy: no es algo loable, qué sé yo. Vos escribís en tu blog, te sentás una vez por semana…
Sí, más o menos...
M: Y si no lo hacés una vez por semana replantéate el blog... ¡Ponele garra sino, viejo! (Risas).
F: ¡Dejalo tranquilo! ¡Que escriba cuando se le cante el culo! (Más risas). ¡Si es una vez por mes o cada tres meses, que haga lo que quiera!
M: ¡Hay que cambiar el blog, loco! (Risas). Pero bueno, la pregunta era si iba a grabar algo nuevo: no (Risas). Voy a subir a Facebook lo que queda de esos temas solistas, que es rock al palo con el amigo Fernando Minimal.
F: Igual, eso te lo dice hoy y en la semana ya está grabando.
M: Pez no tiene planes de grabar este año. La idea es tocar, tengo ganas de tocar en vivo. Me parece que estoy cada vez más viejo y hay muchos lugares donde no toqué y quiero tocar. No sé, quiero tocar en Ushuaia, que nunca toqué.
¿La idea es salir a tocar el disco adonde se pueda?
M: Sí, sí, queremos mostrar el disco. Esto es como un capricho -en un punto mío- que se lo quiero contagiar a ella porque a mí a veces me da bronca que con Pez no puedo viajar todo lo que me gustaría, por el hecho de que somos muchos y una estructura más grande es más difícil de llevar. Pero me parece que nosotros dos con la guitarra podemos ir a cualquier lado y quiero tocar estas canciones en cualquier lado. Entonces está la idea de salir a tocar, de agosto en adelante. Cantar estas canciones en vivo está bueno... me parece que podemos salvar al mundo.
¿Tienen armada una gira ya?
M: Vamos a volver a todos los lugares donde ya hemos tocado antes de que salga el disco. Y con el disco en la mano, trataremos de sumar algunos más. Cuando sale un disco se genera un ruido -en este momento más o menos- que vamos a tratar de aprovechar para extender la mano a algunos lugares que nunca fuimos.
F: Lo que pasa es que hay mucha gente, con el tema de internet ahora tenés una circulación muy amplia. Hoy subimos el disco a la página y ya con eso estás en todos lados. Y bueno, queremos llegar a esos lugares porque hay gente que te escucha en todas partes y nosotros estamos un poco acotados a lo que es Buenos Aires, nos tratan de...
M: ¡Porteños culiaos! (Risas).
F: “Unitarios”, nos dijeron.
M: Sí, es cierto, nos dijeron que éramos unitarios. Porque la propuesta de la vaca nosotros la acotamos sólo a la gente que se pudiera acercar tal día, a tal hora, a un lugar de Capital que nosotros dijéramos. Entonces nos decían “pero yo estoy en tal lado…”. Y bueno, no sé, les respondíamos “Te agradezco”. No era mala onda de nuestra parte, nos hubiera encantado agarrar euros de gente que está en España... En fin, el disco es lindo y el show es otra cosa que no tiene nada que ver con el disco y por eso queremos llegar a muchos lugares a mostrar cómo tocamos. Porque en el show tocamos otras canciones también y pasa lo que nos pasa siempre, que es cualquier cosa, que el show tiene vida propia y se nos puede ir de las manos en cualquier momento.
F: Es una montaña rusa de emociones.
M: Para nosotros es así, no sé si le llega a la gente algo de eso. Sinceramente, me parece que lo que hacemos nosotros, no es que no lo hace nadie pero de algún modo no se estila, Y no hablo del tipo de música que hacemos, hablo de cómo nos presentamos ante los demás. Tanto ella cuando toca sola como yo con Pez o lo que sea somos muy transparentes, no hay un personaje que se sube al escenario, no es Sandro-Roberto Sánchez.
F: Somos los dos salames que se suben al escenario.
M: Nuestra vida es esto, realmente nos interesa esto.