Florencia era una ciudad próspera en el Renacimiento y siguió siéndolo en el Barroco. En el s. XV los Médicis gobernaron esta gran ciudad estado consiguiendo superar la gran inestabilidad social que tenía desde hacía mucho tiempo. Además, y gracias a esto, Florencia se convirtió en una gran república basada en dos instituciones: la Signoria y el Consejo de los Setenta.
La Signoria era la mayor institución de la república y estaba ocupada por varios hombres escogidos por sorteo. Los Médicis la modificaron para que a estas personas las escogiese una Junta. Pero con ello pretendían que estuviese ocupada por los propios Médicis o por personas cercanas a dicha familia.
El Consejo de los Setenta nombraba a la Junta de Hacienda y asuntos exteriores. En este caso los miembros pertenecían a otras familias que querían poder, aunque no conseguían tanto como tenían los Médicis. Este modelo de organización política de la ciudad estado dio sus frutos porque terminó siendo próspera.
En Florencia estuvo como embajador veneciano Marco Foscari que escribió en su "Relazione", en 1527, estas palabras: "En Fiorenza, no hay nadie que sea calificado de noble; todos, grandes y pequeños, son llamados ciudadanos. Y como sólo los artesanos tenían las riendas del gobierno, los nobles tuvieron que inscribirse en un arte, sea cual fuere. De modo que todos se llamaban ciudadanos y pertenecían a un arte, los humildes, creyéndose iguales a los grandes, son únicamente satisfechos".
A finales del s. XV los Médicis perdieron el poder en Florencia pero después, en 1512, los españoles les ayudaron a recuperar el trono perdido, cuyo poder mantuvieron por espacio de 15 años. En 1527, año en el que Marco Foscari escribe su "Relazione", los Médicis perdieron su poder y fueron desterrado. Un poco más tarde, en 1530 el emperador Carlos V recuperó otra vez el trono de Florencia y se lo cedió a su yerno Alejandro de Médicis en calidad de duque. Su sucesor fue Cosme II, que unió Siena en 1555. Los Médicis gobernaron doscientos años más, pero en 1737 se extinguió la línea de los Médicis y fue anexionada a Austria. A finales del s, XVI en Florencia el Conde Bardi congregó en torno suyo a humanistas, intelectuales, poetas y músicos para tratar de resucitar el drama griego. Este grupo de artistas recibía el nombre de Camerata Florentina o Camerata Bardi, y quería renovar el teatro. Con esta revisión se creó un canto monódico llamado recitativo, en el que fue maestro Giulio Caccini.
Caccini (1550 - 1618) fue un compositor, cantante e instrumentista italiano, pues tocaba varios instrumentos importantes en la época, tales como clave, laúd o cítara. Estuvo más de 30 años al servicio de Médicis. Escribió "Eurídice", en 1602, que fue tomada como la primera ópera de la historia.
Pero os dejo una obra en la que se ven algunos de los rasgos más novedosos de la música de Giulio Caccini, y que después formaron la música vocal barroca: el canto empieza a ser a voz solista, el acompañamiento se realiza por acordes (es decir, por varias notas juntas que suenan a la vez) y el nacimiento de una voz de bajo (grave) llamada bajo continuo (que puede estar interpretada por el clave o algún instrumento melódico (que toca una nota a la vez) y que tiene un timbre más bien grave, como el violonchelo.
La obra es "Amor ch'attendi", de 1614:
Os dejo la letra aquí:
Amor ch'attendi?
Amor, che fai?
Su, che non prendi
Gli satrli omai; Amor vendetta,
Amor saetta
Quel cor ch'attera
Solegna 'l tuo impero
Dall'alto cielo
Fulmina Giove
L'arcier di Delo
Saette piove,
Ma lo stral d'oro
S'omi d'alloro
Che di possanza
Ogni altro avanza
Amor, ¿Qué esperas?
Amor, ¿Qué haces?
Dale, ¿Por qué no tomas
tus flechas de una vez?
Amor, véngame,
Amor, lanza tus flechas
a ese corazón, que altanero
desprecia tu poder.
Desde el alto cielo
Júpiter lanza rayos
el arquero de Delos (Apolo)
hace llover flechas,
pero que la flecha de oro
se adorne de laurel
porque su poder
es superior al de todos los demás.