El descubrimiento de una nueva especie para la Ciencia tiende a no ser noticia, por un lado por tratarse de un hecho frecuente, pues miles de especies se describen cada año en todo el mundo, y por otro porque los medios no acostumbran a hacer mención de ello a menos que se trate de una especie llamativa que pueda resultar curiosa para el gran público. Sin embargo, cada una de las especies nuevas que es añadida a la lista nos ofrece nuevos detalles acerca de la vida y su diversidad, su capacidad de adaptación al entorno y las relaciones establecidas entre especies, lo que supone una oportunidad de conocer mejor el mundo en el que vivimos.
En esta ocasión me gustaría hacer mención de un par de especies que me resultan especialmente llamativas de cuantas se han presentado en los últimos meses por sus connotaciones biológicas; las plantas son las grandes olvidadas de la Criptobiología popular.
A mediados del presente año, la Criptobotánica ha hallado por fin respuesta a la posibilidad de que las plantas carnívoras halladas por un grupo de montañeros extraviados durante casi dos semanas cuando trataban de ascender el monte Victoria, en Filipinas, fuesen una especie todavía no descrita por la Botánica, dado que las descripciones ofrecidas por los excursionistas no se correspondían con ninguna de las especies conocidas. Una expedición guiada por nativos filipinos y dirigida por los expertos Alastair Robinson, Stewart McPherson, y Andreas Fleischman anduvo durante dos meses buscando indicios una planta que encajase con las descripciones recopiladas hasta que finalmente hallaron lo que estaban buscando.
Efectivamente se trataba de una planta denominada popularmente “carnívora”, lo suficientemente grande como para consumir Ratas, Lagartos o Vertebrados de tamaño similar; de hecho, se trata de la especie más grande descrita hasta la fecha del Género Nepenthes. Tras recolectar algunos ejemplares para ser estudiados en el Herbolario de la Universidad de Palawan fue publicada una compleja descripción de la especie a la que denominaron Nepenthes attenboroughii en honor a David Attenborough, entonces candidato a obtener el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias y autor de la célebre serie documental “La Vida privada de las Plantas” de la BBC.
La expedición sirvió también para observar y recolectar tanto otras especies vegetales desconocidas, como una extraña Rosa de color azulado que todavía permanece en fase de estudio, como para redescubrir especies que no eran vistas desde hacía décadas como Nepenthes deaniana, observada por última vez en 1.945.
De un gigante carnívoro a una flor diminuta. La otra especie que me gustaría mencionar es una minúscula Orquídea hallada, como es habitual, por simple casualidad. El prestigioso Botánico estadounidense Lou Jost hizo el hallazgo en su laboratorio al examinar una Orquídea bastante escasa en la región recolectada por él mismo en una remota región selvática de Perú; asombrado se percató de que entre las raíces aéreas del espécimen obtenido había una minúscula flor, tan pequeña que casi le pasa desapercibida. Se trata de una Orquídea cuya flor apenas alcanza los dos milímetros de diámetro y sus pétalos, blancos ligeramente rosados y casi transparentes, presentan el espesor de una célula. Con esta novedad que todavía carece de nomenclatura son ya sesenta las especies de Orquídeas descritas por el Doctor Jost en Ecuador, todo un logro.
Queda mucho por aprender de la diversidad vegetal, las selvas húmedas constituyen una auténtica arca de la vida.