Revista Música
Flying Colours "Second Nature Tour 2014", Sala Razzmatazz 2, Barcelona - 7-octubre-2014.
Flying Colors es un supergrupo formado por cuatro famosos músicos virtuosos y un cuasi desconocido cantante pop, ellos son: Neal Morse (teclados, voz), Mike Portnoy (batería, voz), Steve Morse (guitarra), Dave LaRue (bajo), y Casey McPherson (voz, guitarra). Presentan en su gira por Europa (donde tocarán únicamente en siete ciudades) su segundo disco llamado "Second Nature"
En este trabajo la banda amplía sus fronteras creativas y consigue mezclar una interesante variedad de estilos. Como les gusta decir a ellos: "nuestra música es una fusión única de artesanía vintage y música contemporánea".
El Concierto:Neal Morse y Mike Portnoy continúan viviendo un gran momento creativo, y donde quiera que ellos estén siempre sobrevuela ese "espíritu beatle" que los motiva. Y este concierto no fue la excepción, porque la música del cuarteto de Liverpool sonaba en el ambiente con el tema "Flying", a modo de prólogo...Fue Neal Morse el primero en ingresar a escena para introducirnos en el concierto con los primeros acordes de su piano de la obra maestra que abre el nuevo disco, "Open Up Your Eyes", mientras tanto el resto de la banda va tomando posiciones, y el legendario Steve Morse con el riff principal comienza la larga y poderosa introducción instrumental de esta suite. Estamos en presencia de cinco señores afiladísimos, y tan admirados y queridos, tocando este tema y dispuestos a transportarnos en un viaje de emociones que no parará hasta el final.A pesar de ser una superbanda de colosos, es notable el equilibrio que estos músicos logran en el escenario, ya que todos los momentos de escaparatismo virtuoso o lucimientos individuales están en función del desarrollo de la canción.
"Bombs Away" baja el éxtasis del comienzo pero no la intensidad. Es un tema poderoso muy bien trabajado, con Casey cantando espectacularmente y apoyado constantemente por los coros de Mike y Neal. Luego continúan con dos temas del primer disco, de melodías mucho más accesibles. El primero es "Kayla", hit de la banda, con su estribillo pegadizo que engancha a la primera escucha, pero que también es un tema que tiene todos los elementos prog posibles, desarrollos instrumentales, cortes y cambios de ritmo, una buena melodía, y que podríamos definirlo perfectamente como un Rock progresivo muy Pop. El segundo es "Shoulda Coulda Woulda", que destaca el riff de Steve Morse y la poderosa base rítmica con una actuación bestial en la batería de un Mike Portnoy demoledor, y un bajo con mucho groove de Dave LaRue. En ese batido o bricollage está la clave del sonido del grupo, ya que Flying Colors suena exactamente tal y como dijo Portnoy en su día: "se trata de presentar temas novedosos y con un sonido fresco pero compuestos y grabados a la vieja usanza".
Llega el momento de calma con "The Fury Of My Love", una balada rockera muy ochentera, tan pegadiza como intrascendente, salvo por el gran solo de guitarra de Steve Morse. Y a continuación, tal cual están en el disco, "A Place In Your World", aunque más elaborada, siguió en la misma onda de las melodías "tarareables", y nos muestra a Neal y Mike en su versión más accesible cantando líneas vocales simples y estribillos muy pegadizos. La banda siempre parece estar en perfecta armonía, se nota más química entre todos los componentes. Justamente ellos mismos han comentado que se sienten más unidos que en el primer disco porque se han acostumbrado a trabajar juntos.Luego "Forever In A Daze" es uno de los momentos más rockeros de la noche con mucha presencia del bajo de Dave LaRue.
Promediando el concierto, Steve y Dave abandonan temporalmente el escenario, Casey recoge su guitarra acústica, Neal viene desde atrás de sus teclados, y Mike agarra una pandereta. Los tres comienzan una alucinante versión en formato acústico y a capella de "One Love Forever". Luego el resto de la banda se une con toda la fuerza para lograr una ecléctica fusión mezclando la base de música folk celta, prog, pop y metal en esta canción totalmente increíble. Momentazo mágico espectacular, que para mí fue lo mejor de la noche.
Portnoy,el maestro de ceremonias de la noche, presenta a Casey McPherson. Es su primera visita a estas tierras y nos dice que va a interpretar un tema de su banda, Alpha Rev. Solo en el escenario toca y canta "Colder Months", una balada bonita y emotiva. Esta buena interpretación vocal nos entregó un momento intimista y sobrecogedor, que se prolongó cuando McPherson acabó el tema, y se enganchó con "Peaceful Harbor", otra emotiva canción que el público acompañó con sus mecheros como en los viejos tiempos. "Peaceful Harbor" es una de las mejores melodías, que crece en emotividad con los coros del final y el fantástico solo de guitarra del maestro Steve Morse, como todos durante la noche a base de virtuosismo y expresividad.
Otro de sus hits, "The Storm", si bien puede pecar de previsible, fue uno de los temas más celebrados y coreados por el público. A continuación otro gran momento con "Cosmic Symphony", el tema estrella del nuevo disco "Second Nature", es un trabajo de delicada orfebrería en forma de suite, que nos pasea con imaginación y creatividad por distintos paisajes al mejor estilo Transatlantic.
Y para el final, "Mask Machine", un tema muy pegadizo y que tiene carácter de hit radial y que la gente cantó y disfrutó con todo. Ovación total.
Encore:
La banda dejó el escenario y con una breve salida volvió para regalarnos otro momento mágico. La noche continuó su ruta directamente hacia lo divino con la magnífica y superlativa suite "Infinite Fire", tema que también cierra el disco debut. De carácter épico y al mejor estilo Neal Morse, es justamente una de las composiciones que desarrollan el costado más progresivo de la banda, compuesto por Neal y Mike, lleva el sello de Transatlantic grabado a fuego, está dotado de una grandilocuencia y dramatismo brillantes, y tiene todos los condimentos que un tema de Neal Morse posee: intro poderosa, cambios de ritmo, juegos de voces, enormes exhibiciones instrumentales, y "grande finale". Las tres partes que la componen le otorgan un constante derroche de imaginación. Emotiva y original es el final perfecto para este concierto. Con el público finalmente rendido a sus pies, los cinco protagonistas de la noche se despidieron de la Ciudad Condal, dejándonos un sabor de haber vivido una actuación vibrante e inolvidable.
Fernando Gonzalez