En estas fechas que celebramos en tantos puntos del país la cultura, la lectura y el disfrute de algo tan sencillo pero bello como es un libro, queremos reflexionar un poco sobre lo importante que es fomentar desde nuestros propios hogares el buen hábito de la lectura. Una inversión a largo plazo, sin duda. Es una auténtica maravilla pasear estos días por las ciudades, donde las paradas de libros, y las ferias al aire libre, nos permiten compartir en familia la grata experiencia de hojear novedades literarias, informarnos y dejar que nos recomienden, compartir opiniones con otros amigos sobre lecturas recomendadas… y tocar, oler un libro e imaginar qué historia lleva dentro. Todo un placer
Feria del Libro en Valencia
Por eso hemos recopilado algunos artículos de expertos que enumeran consejos bien sencillos y llenos de sentido común, para fomentar este saludable hábito en nuestros hijos. Tomamos como referencia un par de artículos de Sergio Díez (Colegios Brains) y Ana Cañameros (Ausiàs March). Las comentamos y ampliamos a continuación: 1) Deja que el niño elija el libro que va a leer: en ocasiones, por querer facilitar y acortar el camino, elegimos nosotros el libro que debe leer el pequeño y no nos damos cuenta de que así puede desanimarse o desinteresarse por lo que va a leer. Por eso, debemos aprender a guiarles ‘secretamente’, sin que se den cuenta, para que elijan de forma inducida la mejor lectura. 2) Visita lugares creados para la lectura: las bibliotecas son uno de los entornos más estimulantes para fomentar el hábito de lectura. No olvidemos que las bibliotecas tienen espacios adaptados a la infancia, con acciones especiales como sesiones de cuentacuentos, en un entorno más que idóneo para compartir una lectura con ellos. También son muy recomendables los clubs de lectura, los podemos encontrar en todas las provincias, tan sólo hay que buscar en Internet. Y aquí un enlace sobre cómo crear un club de lectura: http://reddebibliotecas.jccm.es/portal/index.php/clubes-de-lectura/clubes-lectura-funcionamiento/2-uncategorised/59-receta-club-de-lectura 3) Proponle escribir alguna historia: fomentará su imaginación, creatividad y pondrá en práctica el vocabulario, gramática y ortografía aprendidas. Si participa en certámenes de relatos infantiles, será una experiencia gratificante y enriquecedora. Pensemos el sentimiento de orgullo que tanto en padres como en ellos mismos puede generar el reconocimiento del valor de su propia creación. No tiene precio. 4) Ver la lectura como un juego: “Sin disfrute no hay estímulo”. Debemos proponer la lectura como un juego y algo divertido, en vez de como una obligación o un requisito para ser más inteligente y saber más. De ser así, puede que ellos lo vean aburrido. Por otro lado, dejar de insistir en que lea también es un primer paso para que a él libremente le llegue la inquietud por la lectura. Por ello, debemos reconocer positivamente cada libro que nuestros hijos deciden coger libremente, valorar esa iniciativa hará que ellos se sientan importantes, reconocidos. 5) Los adultos somos su espejo: en la infancia, somos un claro referente para los más pequeños de la casa e imitarán todo comportamiento que nosotros tengamos. Si el niño ve leer, él se interesará por la lectura; si en casa hay libros él acudirá a ellos para ver su contenido. Debemos, por tanto, predicar con el ejemplo. 6) Las pantallas interactivas, un mundo de posibilidades: ellos ya han nacido en la era de las nuevas tecnologías, debemos adaptarnos a su medio y aprovechar todas las posibilidades que las pantallas interactivas nos ofrecen: libros audiovisuales, ilustraciones animadas, cuentos interactivos, ellos lo disfrutarán, aunque siempre queden los libros de papel. Sobre este punto trataremos más adelante en detalle en un futuro post. 7) El acto de leer en voz alta es un momento ideal para compartir con nuestros hijos. Si aún no saben leer podemos ver cómo expresan con su mirada el relato que va saliendo de nuestra voz, ¿hay algo mejor? Cuando ya saben leer también es recomendable de vez en cuando adoptar el rol de “juglar” y explicarles de viva voz alguna historia, leyenda, cuento o misterio. Y por último, regala libros. Piensa al cabo del año la de dinero que malgastamos con pequeños juguetes, objetos que al día siguiente acaban en el cajón desastre. Un libro, un cuento, es para siempre. Enseñemos a nuestros hijos a cuidar los libros y a valorarlos como un bien preciado, por los buenos momentos que nos brinda su lectura. Sin duda, el mejor consejo que podemos ofrecer.