Revista Cocina

Fondant: sí o no? he ahí la cuestión

Por Biscayenne
Después de muchos meses siguiendo blogs y viendo fantásticas y churriguerescas tartas hechas a base de fondant, andaba yo con la idea metida entre ceja y ceja de que tenía que aprender a manejarlo. En mis sueños multicolores, hacía una tarta de tropecientos pisos esplendorosa y provocadora de admiración total.
Para los que no lo sepan, el fondant es un tipo de recubrimiento usado en la decoración de pasteles que aunque viene del francés "fundente", no tiene nada que ver con el chocolate ídem ni con el ídem hecho sólo con azúcar y agua. En inglispitinglis, lengua materna de los maestros de esta técnica, se llama rolled fondant o fondant icing a la pasta dulce creada con glicerina y gelificantes que puede amasarse, moldearse y estirarse para cubrir o decorar un postre.
Hete aquí que yo me compré un día, en una de mis compras compulsivas por la red, un paquete de fondant blanco, y ahí está, metido en el armario, mirándome con ojos de cordero degollado cada vez que abro la puerta. Investigué, leí y googleé pero me parecía bastante complicado tirarme a la piscina en plan autodidacta.
La versión casera del fondant se puede hacer en casa, a base de nubes de chuchería y azúcar glas a cascoporro. Como no podía ser de otra manera, la barbie repostera se compró para su kit un paquete enorme de jamones (así es como llamamos a las nubes en Bilbao), que también pone ojitos tiernos desde su rincón. La cosa no podía seguir así, de modo que ni corta ni perezosa la semana pasada fui a un curso de decoración con fondant.
A estas alturas ya querréis saber qué porras pasó, si me gustó, si fondant sí o fondant no. Pues tendréis que esperar, paciencia! De momento, esto es lo que me salió:
Fondant: sí o no? he ahí la cuestiónEn mis andaduras blogueriles, llegué hasta Inés, de Mis queridas tartas, que suele dar cursos de repostería creativa y a finales de julio impartía uno de decoración básica con fondant. Así que el sábado pasado me fui a Barakaldo con mi caja de tartas y mi bizcocho (un madeira sponge cake de chocolate que me salió bastante mazacote porque no puse bien las cantidades, ejem).
El curso, de 4 horas, estaba muy bien organizado e Inés llevó de todo: almíbar, colorantes, bolas ya teñidas en varios tonos, cortadores, estecas, rodillos, delantales... éramos 6 personas y pasamos una mañana muy entretenida aprendiendo a preparar fondant.
Fondant: sí o no? he ahí la cuestiónCortamos los bizcochos en capas, los bañamos en almíbar con un biberón, y los rellenamos y cubrimos: crema de chocolate, de queso, swiss meringue buttercream normal, de frambuesas...
Después de alisar, se metieron las tartas a la nevera y entonces la profesora explicó cómo se colorea el fondant, los tipos distintos que hay, su consistencia y conservación, herramientas necesarias, etc. Aprendimos a amasarlo y teñirlo, a hacer lazos, rosas y a usar cortadores.

Fondant: sí o no? he ahí la cuestión

Inés hablando sobre los colorantes, y arriba, las chorrocientas herramientas y cosiquinas que había

Tras media hora, sacamos las tartas de la nevera y empezamos a estirar el fondant que iba a recubrirlas. Algo que me sorprendió fue que hubiera que dejarlo tan gordo, de unos 4 o 5 mm, yo ingenua de mí creía que el fondant se dejaba finísimo y que por eso era tan difícil manejarlo: error! no fue demasiado complicado darle la vuelta y colocarlo sobre el bizcocho, pero sí alisarlo para que no quedaran arrugas ni pliegues.

Fondant: sí o no? he ahí la cuestión

Después de cubrir, cada uno tiró de imaginación y adornó la tarta como quiso

Y aquí tenéis mi tarta, de bizcocho esponjoso de Madeira con chocolate, en 3 capas, y rellena de crema de chocolate y swiss meringue buttercream de frambuesa.
Fondant: sí o no? he ahí la cuestión
Fondant entonces, sí o no?
A riesgo de despertar las iras de todos los fondant-fans, me decido por el no.
"Pero vamos a ver alma de cántaro, por qué? si estaba saliendo todo bien"
Entendámonos: escribo el blog porque me gusta cocinar, y me gusta cocinar sobre todo, porque me gusta comer. Mucho. Por eso soy una comedora ansiosa y una golosa irredenta, voy en busca del sabor apropiado, del postre pluscuamperfecto que te deja turuleto cuando lo pruebas, no cuando lo ves.
El fondant ya sé que depende de las marcas (en el caso del industrial y no casero, como era aquí), pero usamos Credipaste, que mi investigación googleadora previa había puesto en el número 1 de los que "saben mejor". Y qué es lo que le pasa? pues que no sabe a nada. O sí, sabe un poco a chuchería dulce sin sabor definido.
Y eso no es lo que yo quiero poner en una tarta! Para mí las tartas tienen que ser (esto lo digo yo, y cualquier hijo de vecino pensará otra cosa completamente distinta) jugosas, con un sabor sorprendente, con una untuosidad viciosa, y ya si nos ponemos a pedir el oro y el moro, bonitas.
Mi obra en fondant cosechó muchos "ohhs" y "ahhhhhs", pero luego casi todo el mundo peló la parte de fuera y se comió lo de dentro. Yo incluida. Se oyó mucho lo de "alguien quiere lo blanco?", de modo que no pasó el terrible test familiar de cata dulce.

Fondant: sí o no? he ahí la cuestión

mi sobrino, quitando el fondant para comerse lo demás...

Me da casi hasta pena porque comprobé que usar el fondant no es tan complicado como pensaba, que se pueden hacer cosas muy resultonas con él... pero en el momento decisivo, las papilas gustativas me dijeron que aquello no sabía a ná, y qué es la comida más que gusto y deleite?
No sé si volveré a usar fondant alguna vez, si le daré más oportunidades, en definitiva. No he llegado aún al modelado con pasta de azúcar y ya estoy pensando que a ver, realmente: eso se come? porque si un alto porcentaje de los comensales hacen como mi familia y lo retiran, para qué molestarse? sería lo mismo adornar la tarta con figuritas de plastilina, o con flores de verdad, o...
Me gustaría que comentarais aquí vuestra opinión, si creéis que se puede hacer de otra manera, o que no todo el mundo es tan talibán como mis catadores. Y por supuesto agradecerle a Inés el curso tan fantástico que dio.

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