Revista Arte

Forma-Fundido-Forma: Apuntes sobre [REC]3

Por Bill Jimenez @billjimenez

Por Iván R. Saldias

Ha llegado a las pantallas españolas [REC]3 Génesis (Paco Plaza, 2012) y con ella vuelve un debate (que va camino de ser eterno) sobre la naturaleza misma del cine: ¿Qué hace que el cine sea cine?

El estreno de la primera parte de la saga abrió la veda para el uso del lenguaje audiovisual (que no cinematográfico) en el fantástico: de ella son deudoras una larga lista de films: Monstruoso, Paranormal Activity, Distrito 9, El Diario de los Muertos

[REC]3

Esta tercera parte empieza como “vídeo de boda” en el que irrumpen los zombis. La cámara se rompe, aparece el título y se acaba el reportaje. Tras esto [REC]3 deja de ser Rec y se convierte en un survival horror cachondo articulado con “lenguaje cinematográfico” (Plaza lo define como una “comedia berlanguiana con zombis”).

En este largometraje hay una Forma en desarrollo, un Fundido que la decapita y nos encontramos con que la Forma ha cambiado invariablemente para el resto del metraje. Pero volvamos a lo que nos atañe, puesto que el debate formal no es nuevo. Nace con el cinema verité y las vanguardias de los 60 y se hace patente con la aparición de los formatos magnéticos y digitales en los 70 y 80.

Desde Mekas y Godard, hasta The Blair Witch Project se sucedieron numerosos intentos, pero ningún producto adquirió rentabilidad hasta Jackass y la ya comentada Rec.

Entonces ¿Qué hizo que cuajara la fórmula?

Tenían la forma, la estética y la técnica. ¿Por qué el público no aceptaba la mentira bajo el subterfugio de la forma directa y (a priori) verdadera?

La respuesta es YouTube:

Me at the Zoo (2005), el primer video de Youtube, ya se estudia en las facultades de comunicación.

La universalización no vino tras el abaratamiento de costes de los formatos digitales, vino a través de la revolución distributiva. Tras el lanzamiento del portal social en abril 2005, muere el vídeo doméstico y nace el viral. El Viral permite al público y a la industria asimilar una verdad. El audiovisual es resultado de una idea, por lo tanto, todo el mundo puede crear un producto audiovisual. El público apercibido de esta realidad aparentemente simple, se ha convertido en un público creador, empático y partícipe del producto.

Y antes ¿no lo era?

No, universalmente. No antes de YouTube:

  1. Antes de YouTube, el vídeo doméstico y, antes que éste, el Super8, que requería de la satisfacción de necesidades técnicas y su difusión se limitaba al entorno del hogar.
  2. Antes de YouTube el vídeo de la boda de Koldo y Clara lo habría grabado el personaje de Atún (el flipao recién salido de la facultad). Atún habría grabado, montado con cortinillas de corazón y entregado 100 copias en DVD (que nadie vería) a los familiares de Koldo y Clara.
  3. Antes de YouTube, Paco Plaza montaría este material en el segmento de prólogo de la película para que el público aceptara la ficción limpia.

YouTube mutiló todo esto:

Ahora todo el globo es público-objetivo, espectador y creador a la vez, tiene el poder para escoger (a golpe de clic) el consumo y el producto deseado.

Ahora, después de YouTube, el director no monta el material que ha gravado Atún (el creador profesional, aquel al que pagan por ello, el vestigio del pasado), monta los brutos del chaval, del invitado, del familiar (el espectador 2.0) que va con una HDDCam que tiene megapicsels, o un Smartphone… Y esto es significativo.

Después de YouTube el espectador no necesita que le ofrezcas la boda editada y embellecida, tolera las imágenes amateur mejor que las profesionales porque es consciente de la verdad que ofrecen dentro de la gran mentira cinematográfica.

Después de YouTube, el director en [REC]3: Génesis vuelve al origen, al cine y al lenguaje cinematográfico:

Plaza monta un Fundido, cambia la Forma  y ahora [REC]3 funciona cinematográficamente. Es una película, la primera de la saga.

El video mata al cine, YouTube mata al video, ¿el cine mata a YouTube?

Ha llegado a las pantallas españolas Rec[3] Génesis (Paco Plaza, 2012) y con ella vuelve un debate (que va camino de ser eterno) sobre la naturaleza misma del cine: ¿Qué hace que el cine sea CINE?

El estreno de la primera parte de la saga abrió la veda para el uso del lenguaje audiovisual (que no cinematográfico) en el fantástico: de ella son deudoras una larga lista de films: Monstruoso, Paranormal Activity, Distrito 9, El Diario de los Muertos

Esta tercera parte empieza como “vídeo de boda” en el que irrumpen los zombis. La cámara se rompe, aparece el título y se acaba el reportaje. Tras esto Rec[3] deja de ser Rec y se convierte en un survival horror cachondo articulado con “lenguaje cinematográfico” (Plaza lo define como una “comedia berlanguiana con zombis).

En este largometraje hay una Forma en desarrollo, un Fundido que la decapita y nos encontramos con que la Forma ha cambiado invariablemente para el resto del metraje. Pero volvamos a lo que nos atañe, puesto que el debate formal no es nuevo. Nace con el cinema verité y las vanguardias de los 60 y se hace patente con la aparición de los formatos magnéticos y digitales en los 70 y 80.

Desde Mekas y Godard, hasta The Blair Witch Project se sucedieron numerosos intentos, pero ningún producto adquirió rentabilidad hasta Jackass y la ya comentada Rec.

Entonces ¿Qué hizo que cuajara la fórmula?

Tenían la forma, la estética y la técnica. ¿Por qué el público no aceptaba la mentira bajo el subterfugio de la forma directa y (a priori) verdadera?

La respuesta es YouTube:

<iframe width=”420″ height=”315″ src=”http://www.youtube.com/embed/jNQXAC9IVRw” frameborder=”0″ allowfullscreen></iframe>

Me at the Zoo (2005), el primer video de Youtube, ya se estudia en las facultades de comunicación.

La universalización no vino tras el abaratamiento de costes de los formatos digitales, vino a través de la revolución distributiva. Tras el lanzamiento del portal social en abril 2005, muere el vídeo doméstico y nace el viral. El Viral permite al público y a la industria asimilar una verdad. El audiovisual es resultado de una idea, por lo tanto, todo el mundo puede crear un producto audiovisual. El público apercibido de esta realidad aparentemente simple, se ha convertido en un público creador, empático y partícipe del producto.

Y antes ¿no lo era?

No, universalmente. No antes de YouTube:

  • Antes de YouTube, el vídeo doméstico y, antes que éste, el Super8, que requería de la satisfacción de necesidades técnicas y su difusión se limitaba al entorno del hogar.
  • Antes de YouTube el vídeo de la boda de Koldo y Clara lo habría grabado el personaje de Atún (el flipao recién salido de la facultad). Atún habría grabado, montado con cortinillas de corazón y entregado 100 copias en DVD (que nadie vería) a los familiares de Koldo y Clara.
  • Antes de YouTube, Paco Plaza montaría este material en el segmento de prólogo de la película para que el público aceptara la ficción limpia.

YouTube mutiló todo esto:

Ahora todo el globo es público-objetivo, espectador y creador a la vez, tiene el poder para escoger (a golpe de clic) el consumo y el producto deseado.

Ahora, después de YouTube, el director no monta el material que ha gravado Atún (el creador profesional, aquel al que pagan por ello, el vestigio del pasado), monta los brutos del chaval, del invitado, del familiar (el espectador 2.0) que va con una HDDCam que tiene megapicsels, o un Smartphone… Y esto es significativo.

Después de YouTube el espectador no necesita que le ofrezcas la boda editada y embellecida, tolera las imágenes amateur mejor que las profesionales porque es consciente de la verdad que ofrecen dentro de la gran mentira cinematográfica.

Después de YouTube, el director en “Rec[3]: Génesis” vuelve al origen, al cine y al lenguaje cinematográfico:

Plaza monta un Fundido, cambia la Forma  y ahora [Rec3] funciona cinematográficamente. Es una película, la primera de la saga.

El video mata al cine, YouTube mata al video, ¿el cine mata a YouTube

Ha llegado a las pantallas españolas Rec[3] Génesis (Paco Plaza, 2012) y con ella vuelve un debate (que va camino de ser eterno) sobre la naturaleza misma del cine: ¿Qué hace que el cine sea CINE?

El estreno de la primera parte de la saga abrió la veda para el uso del lenguaje audiovisual (que no cinematográfico) en el fantástico: de ella son deudoras una larga lista de films: Monstruoso, Paranormal Activity, Distrito 9, El Diario de los Muertos

Esta tercera parte empieza como “vídeo de boda” en el que irrumpen los zombis. La cámara se rompe, aparece el título y se acaba el reportaje. Tras esto Rec[3] deja de ser Rec y se convierte en un survival horror cachondo articulado con “lenguaje cinematográfico” (Plaza lo define como una “comedia berlanguiana con zombis).

En este largometraje hay una Forma en desarrollo, un Fundido que la decapita y nos encontramos con que la Forma ha cambiado invariablemente para el resto del metraje. Pero volvamos a lo que nos atañe, puesto que el debate formal no es nuevo. Nace con el cinema verité y las vanguardias de los 60 y se hace patente con la aparición de los formatos magnéticos y digitales en los 70 y 80.

Desde Mekas y Godard, hasta The Blair Witch Project se sucedieron numerosos intentos, pero ningún producto adquirió rentabilidad hasta Jackass y la ya comentada Rec.

Entonces ¿Qué hizo que cuajara la fórmula?

Tenían la forma, la estética y la técnica. ¿Por qué el público no aceptaba la mentira bajo el subterfugio de la forma directa y (a priori) verdadera?

La respuesta es YouTube:

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Me at the Zoo (2005), el primer video de Youtube, ya se estudia en las facultades de comunicación.

La universalización no vino tras el abaratamiento de costes de los formatos digitales, vino a través de la revolución distributiva. Tras el lanzamiento del portal social en abril 2005, muere el vídeo doméstico y nace el viral. El Viral permite al público y a la industria asimilar una verdad. El audiovisual es resultado de una idea, por lo tanto, todo el mundo puede crear un producto audiovisual. El público apercibido de esta realidad aparentemente simple, se ha convertido en un público creador, empático y partícipe del producto.

Y antes ¿no lo era?

No, universalmente. No antes de YouTube:

  • Antes de YouTube, el vídeo doméstico y, antes que éste, el Super8, que requería de la satisfacción de necesidades técnicas y su difusión se limitaba al entorno del hogar.
  • Antes de YouTube el vídeo de la boda de Koldo y Clara lo habría grabado el personaje de Atún (el flipao recién salido de la facultad). Atún habría grabado, montado con cortinillas de corazón y entregado 100 copias en DVD (que nadie vería) a los familiares de Koldo y Clara.
  • Antes de YouTube, Paco Plaza montaría este material en el segmento de prólogo de la película para que el público aceptara la ficción limpia.

YouTube mutiló todo esto:

Ahora todo el globo es público-objetivo, espectador y creador a la vez, tiene el poder para escoger (a golpe de clic) el consumo y el producto deseado.

Ahora, después de YouTube, el director no monta el material que ha gravado Atún (el creador profesional, aquel al que pagan por ello, el vestigio del pasado), monta los brutos del chaval, del invitado, del familiar (el espectador 2.0) que va con una HDDCam que tiene megapicsels, o un Smartphone… Y esto es significativo.

Después de YouTube el espectador no necesita que le ofrezcas la boda editada y embellecida, tolera las imágenes amateur mejor que las profesionales porque es consciente de la verdad que ofrecen dentro de la gran mentira cinematográfica.

Después de YouTube, el director en “Rec[3]: Génesis” vuelve al origen, al cine y al lenguaje cinematográfico:

Plaza monta un Fundido, cambia la Forma y ahora [Rec3] funciona cinematográficamente. Es una película, la primera de la saga.

El video mata al cine, YouTube mata al video, ¿el cine mata a YouTube

Forma-Fundido-Forma:

Apuntes sobre Rec[3]


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