Sábado 15 de Julio de 2017
Esta imagen, captada por el Wide Field Imager (WFI) emplazado en el Observatorio La Silla de ESO en Chile, en la que muestra dos regiones de intensa formación estelar en la zona sur de la Vía Láctea. La primera, en la parte de abajo de la fotografía, se encuentra dominada por el cúmulo estelar NGC 3603, situado a 20.000 años luz de distancia, en el brazo espiral de Carina-Sagitario de nuestra galaxia. El segundo objeto, arriba, es una acumulación de nubes de gas resplandeciente conocido como NGC 3576, ubicado a tan sólo a la mitad de distancia de la Tierra. NGC 3603 es un cúmulo estelar extremadamente brillante, conocido por tener la mayor concentración de estrellas masivas descubiertas hasta ahora en nuestra galaxia. En la parte central se puede observar un sistema estelar múltiple Wolf–Rayet, conocido como HD 97950. Las estrellas Wolf-Rayet se encuentran en una avanzada fase de evolución estelar, con dimensiones que comienzan en unas 20 veces la masa del Sol. Sin embargo, a pesar de su gran magnitud, las estrellas Wolf–Rayet se desprenden de una cantidad considerable de su materia, debido a la acción de los intensos vientos estelares que expulsan material de su superficie hacia el espacio a siete millones de kilómetros por hora, una pérdida de peso de proporciones cósmicas.
NGC 3603 se localiza en una zona de formación estelar muy activa. Las estrellas nacen en regiones oscuras y polvorientas del espacio, en su mayoría fuera del alcance de la vista humana. Pero a medida que las jóvenes estrellas comienzan gradualmente a brillar y logran disipar las capas de material que las rodea, se hacen visibles y crean nubes con un intenso resplandor en la materia circundante conocidas como regiones HII. Las regiones HII se iluminan debido a la interacción de la radiación ultravioleta emitida por las jóvenes y brillantes estrellas, las que se encuentran a altas temperaturas, con las nubes de gas de hidrógeno. Estas regiones pueden medir varios cientos de años luz de diámetro, y la región que rodea al NGC 3603 se distingue por ser la más masiva en nuestra galaxia. El cúmulo fue observado por primera vez por John Herschel, el 14 de marzo de 1834, durante su expedición de tres años dedicada al estudio sistemático de los cielos australes cercanos a Ciudad del Cabo. El mismo lo describió como un objeto notable y pensó que podría haberse tratado de un cúmulo globular. Estudios posteriores mostraron que no era un antiguo sistema globular, sino un joven cúmulo abierto, uno de los más abundantes conocidos hasta la fecha.
NGC 3576, arriba en la imagen, también se sitúa en el brazo espiral de Carina-Sagitario de la Vía Láctea. Pero se encuentra sólo a unos 9.000 años luz de la Tierra, mucho más cerca que el NGC 3603, sin embargo, se pueden apreciar uno al lado del otro en el cielo. NGC 3576 se destaca por la presencia de dos grandes objetos curvos que se asemejan a los ensortijados cuernos de un carnero. Estos extraños filamentos son el resultado de los vientos estelares provenientes de las calientes y jóvenes estrellas en las regiones centrales de la nebulosa, que han arrastrado el polvo y el gas hacia el exterior a lo largo de un centenar de años luz. Dos oscuras siluetas conocidas como glóbulos de Bok también se pueden apreciar en este vasto complejo de nebulosas. Estas nubes negras cercanas a la parte superior de la nebulosa ofrecen además sitios potenciales para la futura formación de nuevas estrellas.
Fotografía OriginalCrédito: ESO / G. Beccari