Formentera está de moda.

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Sus bancos de arena blanca, su mar azul turquesa o el verde de las praderas de Posidonia hacen que se convierta, año tras año, en un lugar de referencia.

La isla de Formentera sigue acumulando reconocimientos. Después de que la playa de Ses Illetes haya sido elegida la segunda mejor de España y la sexta de Europa y tras ser seleccionada como uno de los destinos más románticos para besarse, la menor de las Pitusas vuelve a la carga, esta vez para colocarse entre los destinos preferidos por los turistas extranjeros para viajar durante estos meses de verano.

Sus bancos de arena blanca, su mar azul turquesa o el verde oscuro de las praderas de Posidonia hacen que esta isla se convierta, año tras año, en un lugar de referencia tanto para el viajero nacional como para el internacional. Sus gentes, sus tradiciones, su artesanía y sus fiestas son otros de los muchos atractivos que esta tierra ofrece a los visitantes.

El Parque Natural de Ses Salines es otra de las atracciones turísticas imprescindibles, al igual que Sant Francesc Xavier, capital de Formentera, repleta de comercios y actividades diseñadas para el disfrute de las familias, desde cuyo puerto parten la mayoría de los ferries que conectan la isla con otros enclaves de las Baleares.

Tanto es así que este año la pequeña de las Pitiusas se ha colado en el que realiza el buscador y comparador de hoteles Trivago. Junto a Formentera se pueden encontrar destinos peninsulares de todo tipo tales como Barcelona, Alicante, Marbella o Fuengirola y oros insulares entre los que destacan Ibiza, Menorca, Lanzarote y Tenerife.

Y es que los destinos de  España que más interés despiertan entre los turistas extranjeros son las islas y las grandes urbes del país según revela el informe de Trivago que también confirma que británicos e irlandeses son las nacionalidades que más visitan nuestro país en verano, seguidos por alemanes, italianos y franceses.

No es de extrañar que los resultados de este informe de Trivago otorguen a Formentera este merecido reconocimiento. La isla más pequeña de las Baleares posee las que para muchos son las playas de mejor calidad de todo el archipiélago, gracias mayoritariamente a la presencia de la Posidonia Oceánica, la más grande de todo el Mar Mediterráneo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.

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