Ilustración Marcella Cooper.-Kato Molinari-Elíjase
el domingomás
triste y más feo del mes, que
habrá sido debidamente precedido por
un sábado tedioso,vacío,
insultante.Olvídense
los amores trágicos,la
agigantada soledady
la inestable condición de empleadita.Olvídense
también los vecinos de enfrentey
rechácense los llamados del chismoso balcón.Dírijase,
tiritando,a
la pileta de lavar,previo
transporte de toda la ropa sucia.Inicie
la laborprocurando
tararear "La vie en rose"o
"Sus ojos se cerraron".Sus
vecinos aullarán.La
discordia interdepartamentalquedará
así instaurada.Inmediatamente
eche mano del jabóny
de sus escasas fuerzas.Observará,
a continuación, sobre
la superficie mugrienta del aguamuchos
desfachatados globitos o pompas.Evite
destrozarlos, nunca se sabe…Cuando
llegue a la etapa del enjuaguesuspenda
todos los cánticos y loas al señor.Escuche
solamente los latidos de su corazón solitario.Luego,
a fin de que la tarea no resulte ingrata,preste
oídos a esos
ruiditosdelgados,breves,angostos,
rítmicos:sólo
sus manos son capaces de generarlos, con
la pacífica intervención del agua corriente.Son
los gorgoritos.Disfrútelos,
estimada señorita. Comprenda
que muy pocas lavanderas dominicalesy
aun de las otrashan
sido informadas sobre la existencia de tamaña
maravilla.