Revista Coaching

Forteza, Palmeira y el Banco Palmas

Por Gonzalo


Palmeira, un barrio de unos treinta y dos mil habitantes situado al sur de la ciudad de Forteza, al noroeste de Brasil, se creó en 1973 por familias que habían sido expulsadas de sus tierras en la zona costera por el creciente aflujo turístico que ya sufría la zona; la mayoría de estas familias eran pescadores que vivían del mar. La zona, pantanosa y desprovista de infraestructuras urbanas, sólo servía como lugar de pasto para animales, pero sus habitantes empezaron a construir espontáneamente sus frágiles casas, dando origen a una gran favela, sin ninguna red de saneamiento básico, agua, energía eléctrica u otros servicios públicos. A partir de 1982, con la creación de la Asociación de Moradores del Conjunto Palmeira (ASMOCONP) las familias comenzaron a organizarse y, a través de movilizaciones populares y fondos públicos, la Asociación de Moradores fue poco a poco construyendo el barrio de Palmeira: en 1983 la asociación consiguió electricidad para el barrio; en 1985 construyó sesenta casas gracias a los fondos federales para las víctimas sin hogar de las inundaciones; en 1988 se logró la implantación de redes de agua, alcantarillado y energía eléctrica; en 1990 se construyeron con fondos públicos mil setecientos metros de canal de drenaje y dos años después se organizó a los moradores por manzanas y se instaló una red de saneamiento. Sin embargo, a pesar de los éxitos en cuanto a infraestructuras urbanas, los indicadores sociales de la zona alertaban de que sus residentes continuaban en una situación de extrema pobreza.

La experiencia en la administración y gestión de los fondos recibidos animó a la asociación a poner en marcha un proyecto que combatiera la pobreza y trajera desarrollo económico a la comunidad. El día 20 de enero de 1998, la ASMOCONP fundó el Banco Palmas  (Banco Popular del Conjunto Palmeira), que estaba totalmente administrado por los líderes comunitarios del barrio e instalado en un pequeño despacho en la sede de la asociación.

La base de este peculiar sistema bancario es en primer lugar la creación de una moneda local denominada palmares, que posee el mismo valor que la moneda nacional y que puede usarse con cada uno de los instrumentos bancarios que ofrece, que son los siguientes:

1.- Un medio de pago que es la tarjeta Palmacard: esta tarjeta, utilizada sólo en el Conjunto Palmeira, estimula a las familias a comprar en cualquier comercio registrado del barrio y pagar al Banco Palmas después de treinta días, en una fecha establecida por la misma familia. El valor del crédito inicial es el equivalente a veinte reales en palmares, pudiendo llegar hasta los cien reales. De esta forma la comunidad se asegura de que las familias consumen exclusivamente los productos y servicios locales. Además de ayudar a las familias en sus necesidades más inmediatas, la tarjeta de crédito garantiza el comercio interno, lo que hace aumentar la circulación de capital, generando empleos y fomentando el crecimiento económico de la comunidad.

2.- Sistema de préstamos para el consumo: en el caso de compras por encima de los cien reales, la familia puede recibir autorización del banco y dividir la compra hasta en tres préstamos. El día estipulado por el banco los comerciantes llevan sus facturas hasta el Palmas y reciben del banco todo lo que vendieron con la Palmacard. Como tasa de administración, el banco descuenta el 3% de todas las ventas realizadas. Los productores y comerciantes beneficiados por este sistema se reúnen en asambleas mensuales para evaluar el funcionamiento de la tarjeta y hacer propuestas; también contribuyen con su participación y trabajo voluntario en las acciones sociales de la asociación, la ayuda a las escuelas y el centro de salud, etc. La tarjeta de crédito del barrio, además de resolver las necesidades más urgentes de cada familia, garantizando el acceso a las medicinas, gas para la cocina, productos alimentarios y otras necesidades básicas, también eleva la autoestima y la confianza de la comunidad en resolver sus problemas.

3.- Sistemas de microcréditos: el banco garantiza préstamos a bajo interés sin tener que proporcionar información al inscribirse, dar prueba de los ingresos o disponer de un aval. Un analista de créditos visista a la familia del solicitante y conversa con los vecinos. Es la opinión de la vecindad la que servirá de aval para el futuro cliente. El crédito se concede para el establecimiento o ampliación de pequeños negocios como, por ejemplo, pequeños talleres textiles, puestos de golosinas, carros de helados, puestos de comida en mercadillos, etc. El banco ofrece también minipréstamos para la restauración de viviendas, comprando materiales aparte a los vendedores de la zona.

El Banco Palmas apoya además la creación de empresas comunitarias, que se van multiplicando gracias a sus excendentes: ya se han creado una empresa de confección (Palma-Fashion), una empresa de artesanos (PalamArt), una empresa de producción de materiales de limpieza (PalmLimpe) y un laboratorio de agricultura urbana que enseña a las familias a plantar hortalizas, plantas medicinales e incluso a criar y mantener peces en cautividad en los patios de sus propias casas para su posterior comercialización. En el futuro tienen planteado rediseñar las cadenas productivas, de modo que cada empresa produzca los insumos que sean consumidos por las otras, de manera que puedan ser autosuficientes y que entre ellas mismas generen negocio. Esta metodología parte del hecho de que es posible que el barrio sea autosustentable a partir de una red de colaboración económica entre todos los vecinos, sin olvidar como filosofía del banco la relación de lo local con lo global a través de la solidaridad universal con todas las comunidades pobres del mundo.

fuente: VIVIR SIN EMPLEO, Trueque, Bancos de Tiempo, Monedas Sociales y Otras Alternativas.  (Julio Gisbert Quero)


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