Hoy navegando por internet me he encontrado con estas imágenes, y no os voy a mentir, he tardado en asimilarlas porque casi caigo redondo. Cientos de metros de altura, sin protección, una cámara y puede que uno de esos famosos palos para hacerse "selfies". Eso es todo lo que han necesitado estos intrépidos (tal vez incrédulos) aventureros para subirse a una cornisa, techo, azotea o grúa para hacerse una foto desde las alturas. Ya sea la Sagrada familia, el Cristo redentor, los rascacielos de Dubai o cualquier estructura que desafíe al hombre.
Y es que aunque parezca ilógico, no les importa jugarse el pellejo para tener un recuerdo extremo de su hazaña, y es que como dicen, "una imagen vale más que mil palabras", y como no, ¡en esta entrada sobran las palabras!
¡Saludos desde las alturas!
Atte.