Tan pronto como terminé de ver la primera parte (Unbreakable) decidí ver esta segunda parte. Especialmente porque este era el que más esperaba ver.
16 años después se estrena Split, la secuela de Unbreakable. Y aunque tengo la mala experiencia de ver o leer segundas partes que no están a la altura, debo decir alto y claro que esta película me gustó mucho más que la primera parte.
La actuación de James McAvoy (Kevin) fue una de las mejores cosas que he visto recientemente. Encontré fascinante la facilidad con la que interpretó sus diferentes personalidades y creo que eso es lo que hace que la película sea más atractiva.
Kevin es un chico que tiene 23 personalidades, cada una con sus propios problemas o trastornos (algunos son violentos, otros obsesivos, algunos protectores).
Algunas de las personalidades acceden a secuestrar a 3 niñas y encerrarlas. Todo ello con el objetivo de servir de alimento a una nueva personalidad a la que llaman "bestia". En todo momento esta personalidad número 24 causa mucho misterio, pues no sabemos si es un invento o es real. Lo que sí sabemos es que cualquier cosa puede pasar en cualquier momento.
Me gustó mucho que esta vez el villano tuviera esta enfermedad mental, creo que fue una buena idea para desarrollarla en una película. Aunque hubo personas que no estuvieron de acuerdo con esto porque dijeron que discriminaba a las personas que padecían este tipo de enfermedades. Supongo que nunca podrás hacer felices a todos.
Por lo que nos cuenta una de las personalidades de Kevin, al parecer todos se sientan en sillas esperando su turno para tocar la luz, lo que en palabras simples sería la posibilidad de expresarse y apoderarse del cuerpo de Kevin. Esto me parece muy fuerte.
Esta es una de las mejores películas que vi en todo el año y Kevin se convirtió en uno de mis personajes favoritos.