"Mire, le voy a poner en contacto con unos escritores fantasma para que vaya más deprisa. Además, no es necesario que sea gran literatura: la gente quiere sobre todo saber lo que hizo Quebert con la chica. Limítese a contar los hechos, con algo de suspense, de morbo y un poco de sexo, claro.
-¿Sexo?
-Vamos, Goldman, no le voy a enseñar ahora su trabajo: ¿quién querría comprar el libro si no hubiese oscuras subidas de tono entre el vejestorio y la chiquilla de siete años?Eso es lo que quiere la gente. Venderemos millones, incluso si no es bueno. Eso es lo que cuenta, ¿no?
-Harry tenía treinta y cuatro años y Nola quince¡¡
-No sea quisquilloso...Si escribe ese libro, le anulo el contrato precedente y le ofrezco además medio millón de dólares de anticipo para agradecerle su colaboración.
Me negué en redondo y Barnasky se enfureció:
-Muy bien. Ya que se pone usted así, Goldman le voy a decir una cosa: o me entrega un manuscrito dentro de exactamente once días ¡o le demando y le arruino!
Me colgó en las narices. Poco después, mientras estaba de compras en el supermercado de la calle principal, recibí una llamada de Douglas, seguramente alertado por el mismo Barnaski, en la que también intentaba convencerme:
-Marc, no te puedes hacer el remilgado en este asunto-me dijo-. ¡Te recuerdo que Barnaski te tiene cogido por las pelotas! Tu contrato anterior sigue en vigor y la única forma de anunarlo es aceptar su propuesta. Además, ese libro relanzará tu carrera. Estarás de acuerdo en que hay cosas peores en la vida que un anticipo de medio millón, ¿no?
-¡Barnaski quiere que escriba una especie de panfleto! Ni hablar. No quiero escribir un libro así, no quiero escribir un libro basura en unas semanas. Los libros buenos necesitan tiempo.
-¡Pero éstos son los métodos modernos para ganar pasta!¡Se acabó el tiempo de los escritores que gantasean y esperan a que caiga la nieve en busca de inspiración! Tu libro, sin que hayas escrito una sola línea, ya es un bombazo, porque el país entero quiere saber los detalles de esa historia. Y enseguida. La oportunidad comercial es limitada: este otoño son las elecciones presidenciales y los candidatos seguramente publicarán libros que coparán todo el espacio mediático. Ya está en boca de todos el libro de Barack Obama, ¿te lo puedes creer? "