Revista Libros
No hay pena que un libro no pueda consolar.
Pero déjame que te diga que si ser intelectual significa que a uno le guste aprender, ser curioso, atento, admirar, emocionarse, tratar de comprender cómo funcionan las cosas e intentar irse a la cama un poco menos tonto que a la víspera, entonces sí, reivindico mi condición totalmente: no sólo soy una intelectual, sino que además estoy orgullosa de serlo.
Mezcla un poco las churras con las merinas, la vida es más divertida cuando hay un poco de desorden.
Lo que yo he leído es que si no eres como los demás, si no consigues ser lo que otros esperan de ti, entonces lo pasas mal. Sufres como un perro y al final, la palmas. Pues no, hala. Yo no me pienso morir. Por amistad hacia él, por fraternidad, no voy a morirme… No me da la gana.
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Enlace a mi reseña del libro.