Si por algo se ha caracterizado este año 2015 en el ámbito musical indie español, es por la aventura en solitario que muchos grupos han tenido que iniciar para grabar y promocionar sus nuevos discos. El crowdfunding ha sido la fórmula elegida por una parte de ellos, lo que por un lado les ha minimizado los gastos que conlleva cada nueva etapa musical, pero también, el tener que dejar a un lado aquellos contactos que ya les vienen rodados por las agencias de promoción existentes. Sin embargo, esto también nos quiere decir que, para todos aquellos que no conforman ese grupo cabecero de bandas con gran presencia en medios y festivales, las redes sociales y el boca a boca de los conciertos son, en definitiva, su única tabla de salvación, más allá de los canales oficiales.
Otro dato a destacar, es la cada vez más nula presencia de medios y críticos especializados que aborden con un cierto interés y exigencia el análisis de la música independiente española. Se van perdiendo lectores a pasos agigantados día a día, y esta acotación, no es sino el síntoma y el mensaje que nos lanza una sociedad a la que no le interesa leer, ni siquiera acerca de aquello que en teoría le interesa. Un servidor, por su parte, también deja de hacer reseñas de discos y conciertos a partir de este año, si bien es cierto, que por motivos distintos a los anteriormente citados. Esa falta de críticos y lectores, nos lleva a un panorama donde solo se escucha y se defiende a capa y espada aquello que nos gusta, lo malo de esto, es que lo hacemos, cada vez más, de una forma un tanto acérrima e infantil, lo que nos lleva a obviar aquello que no es de la cuerda que nos hemos auto impuesto. Este nuevo síntoma de pobreza musical, nos lleva a dejar a un lado a otros artistas y grupos que merecen la pena, y mucho, ser escuchados. El panorama de la música indie española, se parece cada vez más a una liga de fútbol exenta de autocrítica.
Dicho lo cual, y tras haber reseñado más de treinta discos a lo largo del año, paso a hacer una breve lista —la última— de lo que para el blog Fragmentos, que edito desde el año 2007, ha sido lo más destacado en el panorama indie de la música española. Como dice el refrán: para gustos los colores.
Mejor álbum de estudio (grupos): Pasajero, Parque de atracciones, sin duda la constatación del buen hacer de este grupo que, con este larga duración, han logrado elevar la lírica de sus guitarras a cotas inimaginables. Un gran trabajo de composición en cuanto a letra de sus canciones y de su música repleta de momentos memorables. Todo un acierto.
McEnroe, Rugen las flores. En otro registro más intimista, se encuentra el grupo vasco, que a medida que avanzan sus discos, va dotándoles de una mayor fuerza, que no profundidad, a sus melodías. Mcenroe es, sin duda, el grupo de las grandes melodías del panorama indie español, y a cada nuevo álbum, tenemos una nueva demostración de ese músculo y esa energía que logran trasladar al directo de una forma casi mística.
Mejor canción: Second, Nivel inexperto. Dentro del desigual último trabajo de los murcianos, llamado Viaje iniciático, hay sin embargo, dentro de él, cuatro o cinco temas dignos de alabanza, y este es uno de ellos, pues es de largo, la mejor canción del disco. Un tema que, por sí solo, nos vuelve a sumergir en esas atmósferas potentes y vibrantes que nos llevan hasta ese lugar donde siempre nos hemos sentidos muy cómodos e identificados con el buen quehacer de Los Cinco de Murcia.
Mejor concierto en directo: Izal en El Palacio de los Deportes de Madrid, porque ahí sí demostraron y justificaron el caché que les sitúa en la parte más alta de la tabla de la música española en la actualidad. Potentes, intensos y con una puesta en escena muy cuidada, no defraudaron en esta puesta de largo tan especial y mastodóntica, con un Palacio lleno hasta la bandera. Una gran afluencia de público que cantó y coreó una a una las composiciones más populares del grupo hasta la extenuación. Todo un éxito.
En la otra parte, de lo que puede ser una actuación en directo, hay que colocar a Tulsa, con un vibrante, por emotivo y singular, concierto, que Miren Iza nos ofreció a principios de año en el Museo del Romanticismo de Madrid. Un espacio mágico que la cantante vasca supo llenar con la robustez y rotundidad de sus letras y su música.
Mejor grupo emergente: Helena Goch, por la magia que despliega en cada una de sus canciones, siempre dotadas de un duende especial que las hace únicas, lo que unido a esa forma tan particular de interpretarlas, la convierten en un torbellino interpretativo que va a dar mucho que hablar. Un gran desembarco.
Más aguerridos en su forma de entender la música son Viva Suecia, de los que hay que destacar la contundencia de sus guitarras, avivadas por unas melodías muy convincentes y llenas de destellos de otras épocas, siempre gloriosas, del mundo de la música.
Mejor músico y compositor: Nicolás Pastorizarepresenta como nadie lo que se ha dado en llamar como artista total. Maneja todas y cada una de las facetas interpretativas y narrativas del ámbito musical, y para muestra, su último trabajo, Luna de Kubrik, donde vuelve a generar ese tipo de energías distintas y envolventes, que te hacen sentir que escuchas algo nuevo y diferente cada vez. Sin duda, todo un referente en el panorama musical español.
Otras músicas: en este apartado, me gustaría destacar el trabajo de Sandra Bernardo, Gardenia, por la valentía que representa salirse de los moldes más usuales del indie español y atreverse con otras sones y otras músicas. Un riesgo del que sale airosa con este EP.
Ángel Silvelo Gabriel.