En su camino hacia el encuentro decisivo con Irlanda, el conjunto francés tendrá que superar una escala obligada ante Canadá.
Así como los irlandeses, los galos han ido construyendo su paso por este grupo con un ojo en su rival del once de octubre en el Millennium de Cardiff; de forma de rotar y balancear sus fuerzas para llegar a ese domingo en la mejor forma posible.
Para esta tercera presentación habrá doce cambios dentro del plantel disponible del Gallo, lo que permitirá que jugadores como Dusatoir, Michalak, y Bastareaud estén regresando para el cotejo de hoy frente a los de la Hoja de Maple. Otros, como Picamoles y Nakaitaci, se tomarán su franco en esta oportunidad luego de figurar en los dos partidos que los Bleus jugaron hasta aquí.
Se sabe que la base de lo que pretende el técnico Saint André está consolidada por los delanteros, en ese costado del grupo el surtido es bastante completo y los posibles recambios no sensibilizarán el rendimiento.
La expectativa y esperanza del equipo canadiense pasará por hacer mover a los forwards oponentes y evitar las formaciones fijas debido a su escasa presencia física. Esto se ha podido ver en los lines, en los cuales dan demasiada ventaja debido a que carecen de la talla necesaria para competir con posibilidades con otros equipos.
El partido será una muestra de estilos diferentes ya que los backs de los de este lado del Atlántico pueden llegar a sorprender a los europeos a pesar de algunas ausencias por lesión; especialmente por el centro de la cancha y en el extremo izquierdo de su ataque.
Se sueña con que el wing Van der Merwe repita la fundamental performance que tuvo frente a Italia (un duelo que a partir de lo que dicen las estadísticas bien podrían haberse llevado). No la tendrá fácil ya que enfrente tendrá al debutante y wing del Castres, Remy Grosso, quien se destaca por su potencia y velocidad.
Otro mano a mano a mirar será el del experimentado apertura Michalak y su colega canadiense Hirayama, con similares condiciones para el kick y excelente distribución de juego.
Finalmente, habrá que evaluar el impacto del corto tiempo de descanso que han tenido los americanos comparado con el que dispuso el actual subcampeón de mundo. Para su técnico, el neozelandés Kieran Crowley, la carga no pasa solamente por lo físico sino que además tiene un componente anímico.
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