Franco no es Silva

Pobre Guillermo Franco. Todos los ojos se posaron sobre él luego de la sorpresiva partida de Santiago Silva a la Fiorentina. Hay diez jugadores más adentro del campo de juego y el mexicano-argentino ya la había metido la semana pasada, pero salió a la cancha contra All Boys con la presión de convertir un gol para hacer olvidar al pelado goleador por un rato.

Y no lo pudo hacer. Porque Franco no es Silva. No es lo mismo cuando entra unos minutos al final que cuando lo hace desde el arranque. Intentó, se retrasó para buscar la pelota, hizo buenos pases  a sus compañeros en el primer tiempo. Pero desapareció en el complemento, no pudo convertir y Vélez terminó perdiendo 1-0 con los de Floresta.

No tuvo ninguna oportunidad neta en todo el encuentro y hasta tuvo la mala suerte de que lo amonestaron por adelantarse en la barrera del tiro libre. No ayudó que el Burrito Martínez estuvo muy perdido ni que tampoco resaltaran demasiado las figuras del Mago Ramírez ni de Augusto Fernández.

De todas maneras, no fue la culpa de Franco que el Fortín haya perdido habiendo estado 40 minutos con un hombre de más (expulsado Soto). Fue culpa del gran planteo que hizo Pepe Romero para contrarrestar a los hombres velezanos. La presión ejercida por el mediocampo y defensa de All Boys no le dejó jugar al último campeón y encima se encontró con un gol de casualidad que selló el marcador.

Incluso antes del tanto de Perea (que en realidad fue mitad y mitad con Ortiz), la visita tuvo un mano a mano que desperdició Mauro Matos, el molesto delantero del Albo. Los dirigidos por Ricardo Gareca tuvieron opciones para romper el cero, pero en su gran mayoría fueron remates de Zapata bien contenidas por Nicolás Cambiasso. Finalmente fue 1-0, en un triunfo heroico de los de Floresta.

Sin dudas tendrá mucha tarea Gareca en poder reemplazar a Silva. Sin él ni Maxi Moralez, este equipo perdió a dos pilares de su columna vertebral (completada por Barovero, Domínguez y Zapata). Sin embargo, todavía mantiene gran parte de su base y, en cuanto pueda sintonizarse el 9 con el resto de sus compañeros, esta derrota habrá sido solo un traspié aislado entre tanta victoria.