
Frank & Lola (Matthew Ross, 2016. EEUU): la, una vez más, imponente presencia física de un Michael Shannon más calmado que de costumbre, en un humilde pero mediocre drama negro sobre las pulsiones sexuales de una pareja en la que el hombre (Shannon) se obsesiona con el pasado de su pareja (Imogen Poots), bastante más joven que él y que de angelical tiene más bien poco, aunque el relato no desemboque en ningún rollo psicópata. Cojea en la historia, lo que provoca cierto (aunque no total) desinterés, por culpa de, entre otras cosas, los secundarios, ya que todos y cada uno de ellos sobran.










