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“Franklyn”: Perdidos y hambrientos de fe

Publicado el 10 diciembre 2010 por La Mirada De Ulises

[6/10] El británico Gerald McMorrow nos dice que cuando alguien se encuentra perdido en la soledad, desesperado por el fracaso o sumido en la culpa… se crea un mundo alternativo al que agarrarse y en el que vivir un cuento de hadas con final feliz. Así es la vida de los personajes de “Franklyn”, drama con su dosis de paranoia y fantasía en el que tres (o cuatro) historias aparentemente inconexas discurren por esos universos de gente desencantada de la vida que se fabrica su propia realidad. Es lo que le sucede a Milo, joven que ha sido abandonado por su novia poco antes de casarse y que se refugia en su primer amor…; o a Emilia, estudiante de arte que intenta llamar la atención de su madre con intentos de suicidio que graba en video…; o a Jonathan, un hombre que clama venganza contra el Individuo por dejar morir a la pequeña Sarah. En todos ellos, el destino parece mover sus hilos para conducirles por una existencia donde el mal triunfa y donde sólo cabe esconderse en el mundo virtual, en la religión o en el romanticismo… como lugares de fe, consuelo y evasión.

“Franklyn”: Perdidos y hambrientos de fe

La complejidad y el barroquismo de la trama, críptica y oscura tanto en el mensaje como en la estética, hace que a la película le cueste mucho arrancar, que el espectador asista tan perdido como lo están los personajes durante la primera media hora, no sabiendo lo que pasa en Londres o en la Ciudad Intermedia –enigmático y curioso discurso sobre las religiones a la carta y como medios de controlar al individuo–, pensando que el narrador se excede en su presencia e insistencia, y que su discurso es tan pretencioso como enfática su planificación o un esteticismo sobrecargado que busca crear ambientes misteriosos. Cuesta mucho seguir esos primeros pasos, y se exige paciencia y atención al espectador… para poco a poco ver cómo se van encajando todas las piezas, y descubrir las conexiones –no lógicas pero sí existenciales– entre las distintas historias, el motivo de la agobiante voz interior de Jonathan, o las dolorosas infancias de Milo o Emilia. El problema es que quizá, para entonces, uno haya quedado desconectado de una ficción muy aparente, frío ante tanto drama familiar y personal, o perdido en las idas y venidas… consciente de que le están escondiendo alguna carta.

“Franklyn”: Perdidos y hambrientos de fe

Por eso, McMorrow nos da una de esas películas que va ganando conforme avanza el metraje, que cobra sentido con el tiempo y que se acabarían valorando muchos pequeños detalles en una segunda visión… porque el destino –hay que concederle el beneplácito de lo inverosímil y azaroso– se encarga de que haya lugar para la esperanza… porque siempre hay enviados que nos ayuden. Entre el artificio de su puesta en escena, vivimos los traumas de individuos que viven con la herida de un padre/madre ausente, con la culpa de haber fallado a alguien o con la necesidad de llenar el corazón con cualquier sucedáneo.

“Franklyn”: Perdidos y hambrientos de fe

La historia de Emilia tiene mayor fuerza que las demás aunque la resolución de su relación con la madre no acabe de convencer, mientras que la de Jonathan gana enteros cuando se van desvelando los pliegues y su conexión con el Londres actual. Al final, un travelling ascendente hasta el cielo en medio de una atmósfera pesada y oscura… resulta tan estético como efectista, tan metafórico como pretencioso, de la misma manera que lo es esta interesante película de príncipes y princesas perdidos en su soledad, enajenados en su trauma, consolados en su fe.

Calificación: 6/10

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En las imágenes: Fotogramas de “Franklyn” – Copyright © 2008 Recorded Picture Company, UK Film Council, Film4, Hanaway Films y Aramid Entertainment. Distribuida en España por DeAPlaneta. Todos los derechos reservados.


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