A lo largo de la historia se han dado casos de artistas, arquitectos, escritores, etc., que han dejado un legado que llega hasta nuestros días. Su influencia ha sido tal, que continúan siendo reconocidos en la actualidad. Este fue el caso de algunos escritores como Franz Kafka, Anne Frank, Edgar Allan Poe, Stieg Larsson o Emily Dickinson. Sin embargo, tan solo dos de estos escritores mencionados pertenecieron a una familia judía y se vieron afectados directa o indirectamente por la Alemania nazi de Hitler: Franz Kafka y Ana Frank.
En este post haremos un repaso por algunos aspectos interesantes de sus vidas y sus obras. Así es como estos dos escritores judíos han influenciado la literatura universal ¡no te lo pierdas!
Franz Kafka: la fusión del realismo con lo fantástico
Autor de obras internacionalmente conocidas como ‘La metamorfosis’, Franz Kafka nació el 3 de julio de 1883 en Praga, en el Imperio austrohúngaro. Se crió en el seno de una familia de judíos asquenazíes y sus padres se llamaban Hermann Kafka y Julie Löwy.
Algunos de los escritores que lo inspiraron a escribir fueron Dickens, Flaubert, Cervantes y Goethe. Kafka es mundialmente conocido por su obra, una de las más influyentes de la literatura universal, que fusiona elementos realistas con ficticios y/o fantásticos. Pero este reconocimiento no le fue dado en vida, donde destacaba por su estilo de vida oficinista, sino después de su muerte.
Su vida no fue nada fácil debido, entre otras cosas, a la raza a la que pertenecía. De hecho, aunque él falleció años antes de que ocurriera, el holocausto nazi terminó con la vida de sus hermanas.
Su pesimismo y tristeza al momento de escribir son atribuibles en gran parte a la muerte de sus hermanos George y Heinrich, quienes fallecieron pocos meses después de su nacimiento. Kafka se sentía culpable por su muerte ya que solía tener unos celos extremos hacia los nuevos miembros de la familia.
Además de la culpa, la difícil relación con su padre lo impulsó a escribir ‘La carta’, que fue publicada luego de la muerte del artista que se ocultaba bajo el anonimato. Esta obra se centra en una historia dramática en la que el autor narra su tortuosa vida familiar y en la que reprochaba a su padre.
El desamor y las enfermedades respiratorias tampoco ayudaban a brindar alegría al autor. Franz Kafka sufrió problemas respiratorios que le hicieron ingresar en el hospital a lo largo de toda su vida. Siguió así hasta que en la navidad de 1923 tuvo que ser ingresado por una combinación de pulmonía con tuberculosis que terminó con su vida el 3 de junio de 1924, cuando solo quedaba un mes para que cumpliera 41 años.
El autor encontraba en la escritura una forma de desahogarse. De hecho, antes de morir, le había encomendado a un amigo suyo, llamado Max Brod, la tarea de quemar todas sus obras cuando él ya no estuviera. Por suerte para todos nosotros y para la literatura, Brod hizo oídos sordos del encargo de su amigo y reveló sus escritos al mundo.
Actualmente se conmemora al autor cada año en el día de su fallecimiento, en el mes de junio, coincidiendo con la mundialmente conocida Ana Frank
Ana Frank y su famoso diario
La autora de ‘El diario de Ana Frank’ nació el 12 de junio de 1929 bajo el nombre de Annelies Marie Frank, aunque se le conoce como Ana -o Anne- Frank. Fue criada en una familia judía alemana y su padre, Otto, había participado en la Primera Guerra Mundial como teniente del ejército alemán.
Eran una familia feliz de dos hijas sin problemas de ningún tipo aparentemente. Sin embargo, Alemania, su país, estaba en un proceso de cambios. Hasta que Hitler llegó al poder y con él el antisemitismo. En ese momento, los padres de Ana, decididos a salvar la vida de sus hijas, se trasladan a Ámsterdam, donde fundan una empresa y viven tranquilos. En el 13º cumpleaños de Ana le regalan un cuaderno para que siga desarrollando su habilidad en la escritura. Esto “le salvará la vida”.
Cuando el régimen nazi les amenazaba con el genocidio judío al citar a una de sus hijas a un campo de trabajo, vuelven a trasladarse en un intento de salvar sus vidas. Se mudan a ‘Auchterhuis’, su nuevo hogar. En el lugar convivían ocho judíos contando a la familia Frank y eran unos empleados de confianza los que cuidaban del escondite. Solo una estantería les separaba del exterior. Estuvieron conviviendo allí casi dos años hasta que alguien los delató y fueron deportados a Auschwitz.
Ana y su hermana, tras permanecer un mes en Auschwitz, son trasladadas al campo de concentración de Bergen-Belsen. Allí Ana, de tan solo 15 años, falleció junto a su hermana víctimas del tifus en 1945, poco antes de la liberación. Solamente su padre Otto fue el único superviviente de la familia.
Cuando Otto regresa a Ámsterdam sus antiguos empleados le entregan el cuaderno de Ana, que resulta ser una crónica vital que retrata todo el genocidio nazi sin saberlo. Él decide llevarlo a la imprenta para cumplir el último deseo de su hija. En 1947 en Holanda se publica por primera vez el libro bajo el nombre de ‘La casa de atrás’, que mantuvo éxito de ventas durante décadas, convirtiéndose en símbolo de la esperanza ante la adversidad.Actualmente, el diario de Ana Frank se ha traducido a más de setenta idiomas desde entonces y se ha convertido en un símbolo de los niños que perdieron la vida a manos del holocausto nazi.
Seguro que conoces a estos autores o alguna vez has leído alguna de sus obras. Con este breve resumen de sus vidas, podemos entender un poco más su realidad a través de sus escritos.
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