A veces creo que hay un número limitado de oportunidades para estar con alguien, y nosotros lo hemos estropeado tantas veces que ya no hay nada que hacer.
Ya sé que no eres perfecta. Pero precisamente son nuestras imperfecciones las que nos hacen perfectos para los demás.
La mayoría de la gente saldría corriendo. –Yo no soy la mayoría de la gente.
¿Hasta cuándo aguantarán mis sentimientos antes de romperse?
Desearía que me mirara de la misma forma que mira a sus retratos Porque entonces él vería que hay algo más en mí que una chica tímida, al igual que yo veo que hay algo más en él que alguien vago.
No me imagino a Josh interesándose por una chica sosa. No es que Josh vaya a interesarse nunca por mí. Pero no me gustaría echar a perder cualquier posibilidad. Aunque no tengo ninguna posibilidad. Pero por si acaso la tengo. Que no la tengo.
Cuando dos personas están enamoradas, se supone que funciona, tiene que funcionar, sin importar cuan difícil sean las circunstancias.
-¿Entonces crees en las segundas oportunidades? -Segundas, terceras, cuartas. Las que sean necesarias. El tiempo que sea. Si la persona es la correcta. -Si la persona es... ¿Lola? -Sólo si la otra persona es Cricket.
Es fácil hablar de aquellas cosas que odiamos; pero, en cambio, muchas veces es difícil explicar con exactitud por qué nos gusta algo.
Has trabajado en esta fachada apática, pero siempre te descubres en momentos así. En los momentos que realmente importan. – No me importa nada. Pero me importas tú. – No. Tienes un corazón blanco, Joshua Wasserstein. Lo puedo ver.
Porque tenía razón. Para nosotros dos, «casa» no es un lugar.