Una de las cosas buenas que tienen las nuevas tecnologías y que no deja de sorprenderme es la posibilidad de conectar con personas afines o bien con aquellas que, por los avatares de la vida, les habías perdido la pista. Posiblemente si no contara con esta potente herramienta jamás volvería a saber de ellos.
Gustavo Catalán es un Oncólogo Médico con el que compartí pacientes comunes cuando él ejercía en el Hospital Son Llàtzer durante los ocho años que trabajé en el ya desaparecido Hospital Son Dureta de Palma de Mallorca como Oncóloga Radioterapeuta. Ya entonces conocía su afición como escritor y columnista semanal dominical de opinión desde hace ya unos cuantos años en el Diario de Mallorca. Nuestros caminos se han cruzado gracias a nuestros respectivos blogs (el suyo se titula Contar es vivir(te)), al nexo de unión con la Oncología y también, por qué no, al amor que ambos profesamos por la literatura. Tuve la oportunidad hace cosa un año mientras pasaba unos días de vacaciones en la isla, de poder compartir tertulia con él y conocernos un poco más.
Hace unos días Gustavo me mandó su último libro titulado "Frente a mi" que narra de forma autobiográfica la vivencia por la que atravesó como oncólogo médico y paciente con cáncer. Esa dualidad le permite al autor describir sus sentimientos y paradojas de forma singular. Ser a la vez un médico lego en lo que al cáncer se refiere y paciente oncológico no es tarea fácil de llevar. A través de su lectura no he podido evitar soltar sonoras carcajadas gracias a descripciones jocosas sobre su propia fisiología o sobre situaciones cruzadas con pacientes que parecen inverosímiles, amenizando y quitando hierro a la historia. He percibido la angustia dadas las incertidumbres que paseaban por su cabeza en aquellos momentos. He comprendido que esas esperas en las pruebas diagnósticas se le hacían indudablemente interminables y le obligaban a formularse preguntas. He constatado su impavidez y estoicismo externos como mecanismos de defensa y armadura cuya misión no era otra cosa que la de mostrar fortaleza aún sintiéndose vulnerable por dentro. He visto esa necesidad imperiosa de recuperar la autonomía y la normalización de la vida diaria en la que no reparamos muchas veces los clínicos. Descubre también ese sentimiento de culpabilización fútil al que los enfermos se ven bombardeados en su inconsciente sobre el origen de su enfermedad oncológica. Y también he sentido una emoción indescriptible al describir esa ternura sigilosa de su núcleo más íntimo y familiar, así como la de sus conversaciones con su malogrado amigo Avelino.
"Frente a mi" es un libro intimista, que te acerca al lado humano de la enfermedad a un lado y otro de la mesa de la consulta. Además está escrito con literatura de la buena, de esa que te deja poso, magistralmente escrita diría yo, que te da buen sabor de boca. Gustavo Catalán no trata de ponerse como enfermo ejemplar, trata únicamente de exponer literariamente su punto de vista con Medicina Basada en la Experiencia. Una experiencia plural, la de sus propios pacientes y singular, la vivida en primera persona. Recomiendo su lectura a médicos y pacientes, pues no creo que deje indiferente a nadie.
Gracias desde aquí Gustavo por relatar de la forma en que lo has hecho tu historia. Seguro que a mi y a otros muchos este libro nos servirá para entender mejor y acercarnos a los enfermos como se merecen. Un abrazo.
Les dejo con una secuencia de la película "El Doctor" donde el Dr MacKee se enfrenta a la misma dualidad a la que tuvo que enfrentarse el Dr Catalán al ser médico y paciente en su propio hospital. En esta cómica escena el Dr MacKee enseña a sus alumnos de Medicina lo que los pacientes sienten.
https://www.youtube.com/watch?v=khWp4HsczMk