Creada y producida Marta Kauffman y David Crane
Reparto: Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc, Matthew Perry, David Schwimmer, James Michael Tyler, Elliott Gould, Christina Pickles, Maggie Wheeler, Paul Rudd, Jane Sibbett, Helen Baxendale, Jessica Hecht, Tom Selleck, June Gable, Giovanni Ribisi, Jon Favreau, Hank Azaria, Elle Macpherson, Anna Faris, Michael Rapaport, Bruce Willis
Hay series que nacen con estrella, series que por un motivo u otro conectan con el publico y se tornan en referentes para una generación. Friends es sin duda ese tipo de serie. Un autentico gigante de las sitcom cuyo impronta aun se palpa hoy en día, 7 años después de su final y 17 desde que se iniciara.
Mi experiencia personal con esta serie es un tanto curiosa. Recuerdo que la primera vez que la vi fue en la sobremesa de Canal +, esperaba ver una serie que llevaba bastante tiempo siguiendo Caroline in the city, una serie la mar de simpática sobre una dibujante de una tira cómica de éxito que tenía un ayudante (Richard, creo) borde y resabido que era la monda. La serie me encantaba y solía verla casi todos los días, cuando en lugar de ella me encontré con una serie nueva llamada Friends, mi cabreo fue enorme: “¿pero que es esto?”, “¿donde esta Caroline?”, son alguna de las ideas que pasaron por mi cabeza. No me lo podía creer, me quitaban mi serie favorita cuando ni siquiera había acabado, en mi ingenuidad pensaba que esas cosas no se podían hacer. El caso es que pese a todo empece a ver Friends. De mala gana y con bastantes prejuicios, pero empecé a verla.
El primer episodio no me gusto mucho, “estos son una panda de pijos que se creen muy guais por hablar de sexo y decir chorradas, yo quiero a Caroline” pensaba, sin embargo por una razón u otra la seguí viendo y… quede irremediablemente atrapado. La serie no era buena, no, era genial, no solo le daba mil patadas a Caroline si no que era adictiva como pocas, no podía perderme ni un solo episodio si un día no lo podía ver lo grababa y lo veía al día siguiente, me convertí en un fan irredento. En esa época (la serie se estreno en 1994, no me acuerdo cuando llego a España pero no creo que mucho más tarde) ser una fan de una serie era complicado, no solo estabas a expensas de que el canal que la emitía dejara de hacerlo por cualquier motivo, si no que incluso no tenías la garantía de que no dieran episodios repetidos o de que empezaran desde el principio sin razón aparente. En el caso del Canal + se unió el que la serie tuviese éxito con lo que las nuevas temporadas las daban primero codificadas y más adelante en abierto, y claro con los continuaras brutales de algunas temporadas esto era un sin vivir, ¡ lo que hubiera dado por tener Internet esos años y poder acabar con la dictadura televisiva!
Vista con la perspectiva que da el tiempo, lo cierto es que diez años son muchos años y en la serie hay altibajos y situaciones como las eterna relación entre Rachel y Ross se llegaron a hacer pesadas. Pese a todo sigue siendo un referente entre las sitcom y lo es por su innegable calidad, la magnifica caracterización de los personajes, su sinceridad y honestidad para con el espectador y la innegable química de un reparto perfectamente equilibrado Tiene además en su haber uno de los finales más conmovedoramente nostálgicos que uno recuerda haber visto en una serie de televisión, la primera vez que lo vi una lagrimita se me escapo y todo oigan.
De las muchas claves que explican el éxito de la serie, antes apenas si esbozadas personalmente me quedo con dos: su coralidad. Al contrario que series actuales como How i met your mother, Dos hombres y medio o Big Bang Theroy, Friends no baso su éxito en la existencia de un personaje principal que centrara los gags o se convirtiera en el alma de la serie. Plenamente coral, Friends tenía un reparto equilibrado, donde todos los personajes tenían su peso y sus momentos de gloria. Y por otro lado su sinceridad. Friends era una serie que narraba la vida seis amigos en su camino hacía la madurez. Lo hacía sin edulcorantes ni artificios (o al menos sin excesivos artificios). Eran simplemente seis personas que se reunían en un café para compartir sus vidas mientras se enamoraban, se casaban, tenían hijos o cambiaban de trabajo. Friends iba de frente, no pretendía ser (ni lo era) políticamente correcta o blanda, solo usando como principalmente herramienta el humor, contaba la vida de seis personas que podíamos ser perfectamente tu o yo.
Esa posibilidad de identificación, ese creerse a los personajes, son lo que tornaron a Friends en un éxito tan rotundo y hacen que hoy la serie no solo se aguante perfectamente, si no que la sitúa bastante por encima de la mayoría de sitcom, (y eso que muchas son muy buenas) que hoy se emiten, al menos de las que un servidor sigue, claro. Decía al principio, que Friends tiene un aura especial, un algo que hace que se convierta en un referente generacional, que hace que los años no pasen por ella, ese algo tan difícil de conseguir y a la que muy pocas llegan, ese algo tiene un nombre, se llama magia, y Friends la posee a raudales.
Algunos de los mejores momentos de la serie:
Un artículo original de Miscómis