¡¡Feliz vuelta al cole!! Espero que hayáis pasado un verano estupendísimo y que hayáis descansado y disfrutado tanto como yo. Qué rápido pasan estos meses, ¿verdad?.
A mí me ha dado tiempo a hacer un montón de cosas y hoy os cuento una de ellas.
A principios de Julio me ofrecieron la posibilidad de asistir a mi primer evento blogger, un "gastroevento" como digo yo. Como os podéis imaginar, me hizo muchísima ilusión y pasé los días previos con un montón de nervios, ¡jaja!.
Y por fin llegó el momento.
Para entrar en calor me dijeron que tenía que ir al Kitchen Club y ya estaba que no me sujetaban las piernas, ¡jaja!. Conozco este sitio porque una amiga dueña de un restaurante (del que ya hablaré algún día) ha estado varias veces y siempre me ha contado maravillas, pero para mí, por unos motivos u otros, siempre ha sido bastante inaccesible.
Sí, la foto no es preciosa, pero es la entrada al Kitchen Club, lo prometo
Y ahí estaba yo, de los nervios y feliz. Por suerte, nada más llegar conocí a Sergio, el que fue mi sensei durante toda la velada y que consiguió que no me muriese de vergüenza ante tanta gente (sí, soy tímida, y mucho). Tiene una web súper chula llena de recetas de todo tipo además de consejos y otras cosas, que os recomiendo visitar muy mucho.
Tras un breve (pero delicioso) picoteo comenzó el evento.
Lo organizaba Friends of Glass que, como ellos dicen, es un movimiento de personas concienciadas con el medio ambiente que defienden las ventajas del vidrio frente a otros materiales.
Todo el que me conozca mínimamente sabe que todo lo relacionado con ecología, medio ambiente, reciclaje, etc, me interesa muchísimo, así que la charla que nos dieron al comienzo me pareció realmente interesante. Destacaron que al ser un material inerte y natural, ayuda a proteger la salud y conserva los sabores (si tenéis botellas de plástico, directas al contenedor amarillo). Además es completamente reciclable por lo que es 100% ecológico. Se puede meter en el horno, en el microondas, es resistente y duradero.. Lo dicho, pasaos al vidrio.
Ah, en la web tenéis un test muy cortito acerca de vuestros gustos y costumbres que os dirá qué sabor os identifica. A mí me salió fresco (que no fresca, graciosillos), ¡hacedlo y me contáis!
¡A descubrir sabores!
Y eso es lo que hicimos, descubrir sabores, puesto que la segunda parte del evento fue una cata de trampantojos la mar de divertida. Por si alguien se lo pregunta, un trampantojo es una elaboración con aspecto de algo que realmente no lo es. Algo así como el melocotón en almíbar con nata que hacíamos de pequeños simulando un huevo frito, pero más cool (y bastante más rico).
En todo momento estuvo con nosotros Carlos Pascal, un chef increíble que además de guapo y majete cocina como los ángeles. Se encargó de contestar a todas nuestras preguntas y nos fue presentando cada plato representante de un sabor distinto.
Dadme un cuchillo y moveré el mundo, ¡jeje!
[[¡¡Intentad averiguar los trampantojos!! Tenéis la solución al pie de cada foto :) ]]
Empezamos con un sabor aparentemente aburrido, el soso, pero que no os engañe, este falso yogur con fruta estaba bien rico.
Crema de coliflor y patata con mermelada de remolacha.
Lo siguiente que probamos fue un delicioso champagne muy, muy fresco. ¿Alguno adivina lo que es?
Agua de gazpacho y espuma de pepino
A continuación llegó el salado: un chupa chups bien sabroso.
Foie relleno con nuez y cubierto con gelatina de frutos rojos
El ácido es uno de mis sabores preferidos y este ceviche me dejó boquiabierta.
Falsos palitos de cangrejo de corvina y remolacha
El picante no es uno de mis fuertes pero sashimi de atún superó todas mis expectativas.
Sandía macerada en salsa de soja
A lo mejor el amargo no es de vuestros sabores preferidos, pero os aseguro que esta guindilla estaba para chuparse los dedos.
Chocolate (90%) con gelatina de frutos rojos y tierra de brownie
Y para acabar, uno de los más esperados, el dulce: doble hamburguesa con queso.
Macaron con nutella, gelatina de mango y patatas de manzana
Auténticas delicias, ¿verdad? Estaba todo muy, muy bueno y sin duda alguna fue una experiencia sorprendente.
Antes de irnos a casa nos deleitaron con algunas elaboraciones más (¡aún sueño con la tarta que queso!) y nos obsequiaron con una bolsa para reciclar vidrio, una monísima caja con alimentos representativos de cada sabor, un delantal (que a mi chico le queda que ni pintado, ¡jeje!) y pudimos cocinar el falso yogur.
¡Regalos, regalos!
Antes de despedirme quiero darle las gracias a Carlos, ya que gracias a él pude participar en este maravilloso evento, y también a todo el personal de Kitchen Club por lo atentos que fueron en todo momento y a Friends of Glass, porque creo que hacen una labor realmente buena tanto para los consumidores como para el medio ambiente.
Feliz como un regaliz :D
Ahora sí que me despido. Un beso muy, muy grande a todos y mil gracias por leerme.
¡Feliz final de verano!
Carolina.
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